En San Felipe, un desolado corregimiento ubicado en la frontera del Guainía con Venezuela, a 238 kilómetros en línea recta desde Inírida, están cansados de pagarles ‘vacunas’ a los guardias venezolanos que están al otro lado del río Negro, la frontera entre los dos países.
Por eltiempo.com
Por eso este fin de semana los moradores del lugar protagonizaron una protesta, esta sí pacifica, contra la Armada Nacional acantonada en ese lugar y la encargada de salvaguardar la soberanía en esa zona del país.
“Ayuda, ayuda” era el grito que se escuchaba en las afuera de la sede de los marinos colombianos.
La situación es muy simple, según lo explicó Andrea Ricardo, una de las líderes comunales del lugar: los guardias venezolanos que están al otro lado de la frontera hostigan, ‘vacunan’, amenazan y hasta se apoderan de los productos que los colombianos movilizan por este río, que es prácticamente la única vía de acceso que tienen.
Pero la gota que les rebozó la copa se dio este fin de semana cuando una lancha cargada con todos los elementos de primera necesidad para los habitantes de San Felipe fue retenida por los guardias y el motorista fue arrestado.
En el sitio Bocas del Caciquiare, el río Negro se divide en dos, y la parte navegable queda al lado venezolano, donde hay un puesto permanente de los militares de ese país. Se lo rotan entre la Armada y la Guardia.
Y es allí donde las embarcaciones nacionales y sus ocupantes son objeto del hostigamiento. Y fue precisamente en ese lugar donde la embarcación colombiana fue incautada este fin de semana.
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