El Gobierno británico anunció el martes que retrasa el regreso controlado de los aficionados a los estadios deportivos como parte de las nuevas restricciones tomadas para hacer frente a una segunda oleada de COVID-19.
Estaba previsto permitir entre un 25% y un 33% de capacidad en los recintos deportivos a partir del 1 de octubre, lo que hubiera generado fondos adicionales para el mundo del deporte tras meses de competiciones sin público.
“La propagación del virus está afectando a nuestra capacidad para reabrir al público las conferencias de negocios, exposiciones y grandes eventos deportivos”, dijo el primer ministro, Boris Johnson, en el Parlamento.
“No podremos hacerlo el 1 de octubre (…) Reconozco las implicaciones para nuestros clubes deportivos, que son la vida y el alma de nuestras comunidades”, agregó.
El ministro del gabinete, Michael Gove, había dicho antes en declaraciones a la BBC que “una reapertura masiva (de los estadios) en esta etapa no sería apropiada”.
Ante este nuevo escenario, los organismos deportivos del país preparan una solicitud de más ayuda financiera.