Las autoridades de Estados Unidos esperan que la comunidad internacional, incluida España, indague el origen de las fortunas que los jerarcas del chavismo y sus socios y familiares han extraído de Venezuela y dispersado por todo el mundo por medio de complejas transferencias a depósitos opacos, muchos de ellos en cuentas offshore en paraísos fiscales. Esta semana, una filtración de documentos bancarios en posesión del Tesoro estadounidense ha revelado que un reducido número de empresarios se ha aprovechado de su cercanía a Nicolás Maduro para sacar de Venezuela casi 5.000 millones de dólares, unos 4.200 millones de euros, un 70% de los cuales proceden de las arcas del estado, sobre todo de programas alimentarios y de vivienda pública.
Por David Alandete / abc.es
Las estratagemas de esos empresarios, empleando complejas transacciones y cuentas opacas en diversos países, les han permitido ocultar esas fortunas milmillonarias extraídas de un país sumido en una grave crisis económica y humanitaria, víctima de la escasez de alimentos y bienes de primera necesidad, incluidos los medicamentos y el fuel de los generadores.
En EE.UU., la Fiscalía ha seguido el rastro de ese dinero, y acumula un nutrido número de denuncias contra millonarios venezolanos cuyas fortunas patrimoniales tienen un origen incierto. Por ejemplo, en abril las autoridades norteamericanas revelaron que en años recientes se han incautado de 450 millones de dólares desviados a EE.UU. por los llamados «boligarcas», los oligarcas bolivarianos.
Según dijo ayer Carrie Filipetti, subsecretaria de Estado adjunta para Iberoamérica en el departamento de Estado, «muchos países han puesto de relieve la importancia de su soberanía para justificar el hecho de que no quieren involucrarse en Venezuela». Según esta diplomática, el reciente informe de la ONU sobre abusos y violación de los derechos humanos en Venezuela es otra razón añadida para que esos países tomen medidas más drásticas. «Creo que el ver lo que el régimen le está haciendo a su propia gente, esos crímenes de lesa humanidad, debería movilizar a esos países que no quieren influir demasiado en otros lugares, pero sí se preocupan profundamente por los derechos humanos, para que se impliquen más».
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