Un hombre acusado de violar y matar a dos niñas en una comunidad rural del Caribe norte de Nicaragua, ambas hermanas, fue condenado este viernes a 106 años de prisión por un juez de Managua.
El nicaragüense Rosario Soza Centeno confesó el crimen tras haber sido identificado como autor por la madre de las niñas de 14 y 10 años, Carmen Rodríguez.
En un juicio rápido, la jueza del Sexto Distrito Especializado en Violencia de Managua, Karla García, condenó a Soza a 24 años de cárcel por los delitos de violación contra cada niña, y 29 años por los asesinatos, para sumar un total de 106.
Durante la audiencia, la jueza García aclaró que el inculpado saldrá de prisión en el año 2050, dado que la pena máxima es de 30 años en Nicaragua, país donde el Gobierno está en trámites de implementar la cadena perpetua para ese tipo de delitos.
En imágenes del juicio emitidas por medios del Gobierno, Soza, quien portaba mascarilla y protector facial por la pandemia de la COVID-19, se mostró sereno.
“Espero que me cumplan con lo que yo deseo, que de aquí (de la cárcel) jamás ni nunca vaya a salir”, dijo la madre de las niñas, quien ya había acudido a la Policía al menos en dos ocasiones para denunciar que su hija mayor había sido violada, sin que las autoridades tomaran acciones contra los agresores.
La agresión de Soza contra las niñas ocurrió el pasado 12 de septiembre, mientras las hermanas buscaban cangrejos en un río cercano a su vivienda, en la comunidad de Lizawe, en el municipio de Mulukukú, 240 kilómetros al noreste de Managua.
El caso fue hecho público por la no gubernamental Articulación de Movimientos OSC Nicaragua y despertó conmoción e indignación en el país centroamericano.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo un “urgente llamado” al Estado de Nicaragua y a la sociedad nicaragüense a tomar acciones para detener la violencia sexual y asesinatos de niñas y adolescentes, que se ha cobrado la vida de al menos 17 menores entre el año pasado y lo que va de 2020, según organismos humanitarios.
EFE