Un policía británico murió en la madrugada del viernes tras recibir un disparo de un detenido en una comisaría del sur del Londres, anunciaron las autoridades, en el primer caso desde 2012 de un agente muerto por bala.
El policía falleció en el hospital tras haber sido atacado por un hombre que se encontraba arrestado en el centro de detención de Croydon, precisó la policía londinense.
También el sospechoso, de 23 años, fue llevado al hospital en estado grave con una herida de bala, agregó el comunicado, precisando que ningún agente utilizó su arma durante el incidente.
“Los primeros indicios sugieren que el sospechoso puede haberse disparado a sí mismo”, dijo la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, subrayando que “esto aún no es un hecho probado”.
Dick expresó “sus más profundas condolencias” a los familiares de la víctima, cuya identidad no se reveló, y dijo que estaba “profundamente consternada y entristecida” por lo sucedido.
Según un periodista de la BBC especializado en asuntos policiales, Danny Shaw, se cree que el sospechoso era conocido por la policía antiterrorista, que lo habría vigilando en el pasado, pero Scotland Yard no confirmó esta información.
Los últimos policías británicos muertos a tiros en cumplimiento del deber fueron Fiona Bone y Nicola Hughes, víctimas en septiembre de 2012 de una emboscada por un traficante de droga en Mánchester, en el noroeste de Inglaterra.
Desde entonces, cinco agentes han muerto en servicio en el Reino Unido por arma blanca o en persecuciones de automóviles.
AFP