El joven argentino Facundo Astudillo, que desapareció en abril pasado, tras ser parado en un control policial, y cuyo cuerpo fue hallado en un canal de agua en agosto, sufrió, según la autopsia divulgada este jueves, “asfixia por sumersión” y se trató de una muerte “violenta”, aunque sin poder determinar si fue un accidente o un suicidio u homicidio.
Los resultados del informe, difundido por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), destacan que los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras previas a la muerte.
“La muerte de Facundo José Astudillo Castro se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento). La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”, agrega la autopsia.
TRES MESES Y MEDIO DESAPARECIDO
Astudillo Castro, de 22 años, fue visto por última vez el pasado 30 de abril, día en que fue detenido en un control policial cuando se desplazaba hacia la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, en momentos en que regían estrictas medidas de cuarentena por la pandemia del coronavirus.
El joven nunca llegó a su destino y nadie logró volver a contactarle, lo que desembocó en una causa judicial por presunta desaparición forzada.
Fue el 15 de agosto cuando sus restos fueron hallado en un canal de agua del municipio Villarino, limítrofe con Bahía Blanca.
“Se trató de una muerte violenta, por no ser natural. El avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental”, señala el comunicado difundido tras realizarse la autopsia.
SIN LESIONES DE ARMAS
En las piezas óseas analizadas no se encontraron elementos que puedan corresponderse “con aquellos que producen injurias o lesiones”, como proyectiles de arma de fuego o segmentos de arma blanca.
“No se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”, agrega el informe, que especifica que todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales que presentaban los restos son posteriores a la muerte, producto de depredadores y exposición medioambiental.
“Del estudio forense no surgen elementos que permitan suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem consignado”, señala.
UN POLÉMICO CASO
En estos meses, la familia del fallecido, así como organizaciones políticas de izquierda y de derechos humanos han exigido conocer la verdad y hacer justicia por la muerte, al considerar que fue una desaparición forzada, responsabilidad de la Policía bonaerense, que depende del Gobierno provincial del peronista Axel Kicillof.
“Estamos ante un crimen de triste memoria, una nueva desaparición forzada seguida de muerte. Por eso reafirmamos que el Estado y el Gobierno son responsables porque ha sido cometido por una fuerza policial, la bonaerense”, afirmó el colectivo Encuentro Memoria, Verdad y Justicia en una proclama leída en la Plaza de Mayo de Buenos Aires a principios de septiembre.
También el representante de la Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, llamó a las autoridades argentinas a esclarecer “con urgencia” las causas de la muerte y las circunstancias de su desaparición, “en la que existirían indicios de participación de agentes de la fuerza pública”.
“El Estado debe brindar respuestas certeras a la sociedad con el objeto de no dejar espacio alguno para mensajes que avalen la impunidad”, señaló por su parte Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
En medio de la conmoción, el 24 de agosto el presidente de Argentina, el también peronista Alberto Fernández, recibió a Cristina Castro, madre de la víctima, y se comprometió públicamente a buscar la verdad y a que la investigación se dé de forma independiente y transparente. EFE