El premio Nobel de la Paz Denis Mukwege encabezaba este jueves una jornada de manifestaciones reclamando justicia por las matanzas y violaciones perpetradas desde hace casi 30 años en el este de la República Democrática del Congo (RDC), coincidiendo con el décimo aniversario de un informe que no fue escuchado.
Están previstas manifestaciones en varias ciudades congoleñas, como Bukavu, el feudo del doctor Mukwege, para conmemorar los diez años de esta investigación de Naciones Unidas sobre “las violaciones más graves de derechos humanos” en RDC (ex Zaire) entre 1993 y 2003.
El informe proponía entre otras cosas “la instauración de un tribunal penal internacional para la República Democrática del Congo”, recuerda el doctor Mukwege en una tribuna publicada por el diario francés Le Monde, con fecha del jueves.
“Lamentamos que no se haya concretizado ninguna iniciativa actualmente para aplicar estas recomendaciones”, añade en este artículo coofirmado con la exfiscal general del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y para Ruanda, Louise Arbour.
La justicia es indispensable “para romper el ciclo de violencia y de inestabilidad”, avanza el ginecólogo congoleño.
– “No hay que recompensar el crimen” –
Más de 1.300 personas murieron en el primer semestre de 2020 en las tres provincias del este del país (Ituri, Kivu del Norte y del Sur), recuerda, citando a la ONU.
El doctor Mukwege lamenta que exmilicianos hayan sido integrados en las fuerzas regulares, dentro de programas de desmovilización de los grupos armados.
“Se ascendió a aquellos que debían responder por sus actos delante de la justicia nacional o internacional”, afirma.
El debate sigue de plena actualidad. El presidente Félix Tshisekedi tiende la mano a los grupos armados congoleños todavía activos en las tres provincias del este.
Algunos respondieron a su llamado, con un “pliego de condiciones” que a menudo exige la amnistía y la integración de sus combatientes en el ejército regular.
“No se puede continuar recompensando a los asesinos. No hay que recompensar el crimen […] Tiene que haber una reforma de la justicia”, estima la representante de Naciones Unidas en RDC, la argelina Leila Zerrougui.
Guardado en el cajón desde hace diez años, el informe de la ONU se ha convertido en el arma de guerra del ginecólogo Denis Mukwege en su combate contra la impunidad en su país.
– “Asesinados en sus camas” –
Esta investigación “catalogó 617 incidentes violentos que podrían calificarse como ‘crímenes de guerra’, ‘crímenes contra la humanidad, incluso ‘crímenes de genocidio’ si los hechos se diesen a conocer a un tribunal competente”, recuerda.
A este célebre ginecólogo se le quiebra la voz cuando habla de la masacre de unos treinta pacientes en el hospital de Lemera, cerca de Bukavu, el 6 de octubre de 1996.
“Todos aquellos que no pudieron salvarse fueron asesinados en sus camas. Los enfermeros que no pudieron salir de Lemera también fueron asesinados”, cuenta en un video, 23 años después de los hechos.
Esta masacre fue detonante de uno de los conflictos más sangrientos del mundo desde la Segunda Guerra Mundial.
Según la oenegé estadounidense, International Rescue Committee, hubo 5,4 millones de muertos entre 1998 y 2007, una controvertida cifra.
Un balance rebatido por los demógrafos –pero que marcó a nuemerosos congoleños–, convencidos de que los conflictos en el este dejaron “seis millones de muertos”.
El informe cita a los presuntos autores de cada crimen. Entre ellos figuran todos los actores congoleños y extranjeros implicados en las dos guerras del Congo (1996-98, 1998-2003), como los aliados de la rebelión congoleña Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo: el Uganda de Yoweri Museveni y el Ruanda de Paul Kagame, dos líderes aún en el poder.
AFP