Para muchos el año 2020 ya ha sido suficiente en cuestión de catástrofes, pues cada mes que avanza parece ser peor que el otro de acuerdo a la opinión popular. Días atrás se conoció que arqueólogos egipcios hallaron 59 sarcófagos intactos con momias de más de 2 mil 600 años de antigüedad en la necrópolis de Saqqara en Guiza, al sur de El Cairo y que hace pocas horas estos fueron destapados y con ellos el temor de muchos a que se desate una maldición.
Por: Luis Fernando Herrera / Noticia al Día
Películas como La Momia, X-MEN Apocalipsis y Pirámide forman parte de la memoria colectiva, y es que a pesar de ser ficción el temor a que un Antiguo Dios se cobre vida, se levante de la tumba y haga desastres es una realidad que parece no estar muy lejos, ya que temas como la “Maldición del Faraón” tocan el imaginario mundial.
Esta es una creencia que se basa en que cualquier persona que moleste a la tumba de un faraón del Antiguo Egipto cae en una maldición por la que moriría poco a poco, ya que, de acuerdo a la historia, hay una creencia de advertencias de no continuar adelante en el área donde fueron enterrados.
Profanar tumbas era tan común en el Antiguo Egipto como momificar reyes y burócratas para enterrarlos rodeados de lujos, por lo que no era raro encontrar amuletos escritos con encantamientos dirigidos a estos saqueadores. Algunas personas seguían guardando profundo respeto por estas fuerzas antiguas y desconocidas.
Maldición de Tutankamón
De todo se ha escrito sobre la Maldición de Tutankamón, y no precisamente describiendo la vida del joven faraón que murió antes de llegar a los 20 años, hijo de dos soberbios reformadores religiosos cuya obra tuvo que desandar para restaurar la religión politeísta en el Antiguo Egipto.
Miles de años tarde, en 1922, el arqueólogo inglés Howard Carter, su financista Lord Carnarvon y una tropa de trabajadores egipcios desenterraron una escalera que descendía hasta la entrada de una tumba sellada más de 3 mil años atrás. Adentro, se encontraron con el culto a un joven monarca, conservado a la perfección, que era prácticamente desconocido hasta el momento. Se trataba de cuatro salas adornadas con unas 5 mil piezas y entre ellas su máscara funeraria de oro macizo.
Según algunos investigadores, a la entrada de la tumba de Tutankamón se encontró un aviso en arcilla que decía: “La muerte golpeará con su miedo a quien turbe el reposo del faraón”. Howard Carter negó toda su vida que eso fuese cierto.
Ocho años después del hallazgo tardaron ingleses y egipcios en terminar de estudiar la tumba y en ese tiempo, se fueron desencadenando una serie de hechos desafortunados, cuyo puntapié inicial fue la muerte de Lord Carnarvon en El Cairo, cuatro meses después del descubrimiento y apenas unos días después de ver el sarcófago de Tutankamón.
Si bien se adjudicó su muerte a una picadura de mosquito infectada que derivó en una neumonía también surgió un recuento de malos augurios que habrían tenido lugar durante las excavaciones. En 1935, de acuerdo con crónicas de la época, ya sumaban 21 las muertes, supuestamente, de personas que estuvieron relacionadas con la expedición y el tratamiento de los restos.
Una de ellas que el egiptólogo Carter fue mordido por un alacrán, que después una culebra se comió al canario que tenía como mascota, y que algunos trabajadores vieron a un halcón sobrevolando la tumba y perdiéndose por el oeste, eventos que originaron una especulación supersticiosa y en medio del misterio, el célebre escritor Arthur Conan Doyle declaró públicamente que creía en la maldición egipcia y no era el único.
Años más tarde la creencia y temor de una posible maldición se desata en redes sociales quienes desde el anuncio del hallazgo pedían que no fuesen destapados los sarcófagos y que hoy están a la expectativa de lo que el temor y la vieja creencia sobre maldiciones pueda traer, tras interrumpir el descanso y sueño de estos 59 antiguos egipcios y de los otros 30 encontrados en el año 2019.