La violación y asesinato de una joven de 19 años conmovió a Argelia, relanzando el debate sobre la pena capital por una parte, y sobre la urgencia de frenar la violencia contra las mujeres por otra.
El cadáver de Shaima fue encontrado a principios de octubre, tras su desaparición, en una gasolinera desafectada en Thenia, al este de Argel. La mujer fue golpeada y violada antes de ser quemada viva, de acuerdo a los medios locales.
El sospechoso confesó los hechos, y está siendo enjuiciado por “violación y homicidio intencional con premeditación y emboscada, con torturas”.
Se trata, de acuerdo a la madre de la víctima, de un viejo conocido de la familia, contra el cual la joven había presentado una denuncia por violación en 2016.
La muerte de Shaima desencadenó una ola de indignación en las redes sociales, en las cuales los internautas denuncian un crimen “malvado” y exigen justicia.
En memoria de la víctima, un mensaje es ampliamente compartido en las redes: “Soy Shaima, fui violada en 2016 y tuve el coraje de denunciarlo en una sociedad conservadora. Sigo siendo siempre Shaima, estamos en 2020 y fui violada nuevamente por el mismo violador quien me apuñaló y quemó”.
Con el objetivo de “romper el silencio”, varios colectivos feministas convocaron a concentraciones este jueves en Argel, Orán, Bejaia, Tizi Uzu e inclusive Constantina.
“Estamos encolerizadas por nuestras hermanas asesinadas”. “Los que guardan silencio son también responsables”, voceaban un centenar de manifestantes reunidas frente a la facultad central de Argel, pero fueron rápidamente dispersadas por la policía.
“Soñamos con un país en el que las mujeres que hablan de violación sean más escuchadas que a los hombres que hablan del velo”, se podía leer en una pancarta con retratos de víctimas de femicidios.
AFP