Lester Toledo: Tsunami en el cono sur

Lester Toledo: Tsunami en el cono sur

El Informe de la Misión internacional independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela desarrollado a petición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha causado tal impacto por la crudeza, crueldad y vileza que en esas páginas se revelan, que hasta Argentina, hasta ahora aliado de Nicolás Maduro, decidió desmarcarse de la dictadura y sacarle el cuerpo.

Esto pasó esta semana durante la sesión regular número 45 del Comité de Derechos Humanos de la ONU.

Allí en Ginebra, en esa sesión histórica se condenó por mayoría al régimen de Maduro, el informe presentado en la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas obtuvo 22 votos favorables, 22 abstenciones y 3 votos en contra, entre ellos Eritrea, Filipinas, y la propia Venezuela.





En esa reunión, para sorpresa de muchos, y muy a pesar de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Argentina, hasta ahora considerada aliada natural del régimen venezolano, señaló que iba a “valorar y apoyar con fuerza” el trabajo realizado por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

El presidente Alberto Fernández, según fuentes periodísticas argentinas, decidió involucrarse personalmente en el espinoso tema venezolano. Y para ello sostuvo un encuentro virtual con la misma Michelle Bachelet.

Y fue tras esta comunicación que la decisión fue tomada. El jefe de Estado instruyó al canciller Felipe Solá y al embajador Federico Villegas Beltrán “a votar y apoyar fuertemente” la resolución 45 que convalidó el denominado “informe Bachelet”, en el que se expone al régimen de Nicolás Maduro.

Para darle la estocada, los representantes diplomáticos de Argentina instaron al régimen de Nicolás Maduro a “cooperar plenamente con el Consejo y con todos sus mecanismos y a implementar íntegramente las recomendaciones hechas por la Alta Comisionada”.

Y esta polémica decisión surgió de este encuentro entre Fernández y Bachelet. El presidente argentino prestó oídos a su amiga y aliada chilena y de quien habría dicho: “Nadie duda sobre su compromiso con los derechos humanos”.

Y decimos polémica por el ruido y los distanciamientos que la misma ha causado a lo interno de las esferas políticas argentinas.

Ya vimos a la señora Hebe de Bonafini, quien se ha manifestado afín a Cristina de Kirchner y de la dictadura venezolana, pidiéndole perdón a Maduro por esta decisión de Alberto Fernández, declarando su descontento, pero es que además tal definición política provocó la renuncia de la embajadora argentina en Rusia, Alicia Castro, por no estar conforme con el rumbo adoptado por la política exterior trasandina.

Y fue así como una mayoría de naciones votó para ampliar el mandato de la Misión de Investigación Independiente de Derechos Humanos para Venezuela durante dos años más, con presentación de actualizaciones verbales y presentación de informes.

Pero también así fue como un país, hasta ahora aliado de la dictadura, decidió desmarcarse y no fotografiarse al lado de criminales de Lesa Humanidad, provocando un tsunami de descontentos y divisiones en su partido y gobierno.

Amanecerá, vendrán más revelaciones y veremos a otros desmarcarse de los asesinos que usurpan el poder en Venezuela.

@LesterToledo