Cada día son más los caminantes que arriban a la frontera para migrar por los caminos verdes. En el trayecto, son muchas las experiencias que viven: algunas positivas, otras no tanto.
“No tengo miedo en migrar en tiempos de pandemia; el Gobierno me lo quitó”, aseveró Scarlet Mijares, de 19 años. La joven duró más de tres días en camino para llegar a la zona. “Vengo de Guarenas, estado Miranda, y me dirijo a Bucaramanga”, recalcó.
Mijares sostiene que lo más complejo ha sido lidiar con los guardias nacionales, “pues si no tienes dinero, o sea, si no puedes pagar, no te dejan pasar. Ellos no ayudan en nada. Es muy lamentable la actitud de ellos”.
“Es la primera vez que migro”, aclaró quien iba con un grupo de siete personas, incluido un niño de tres años y medio, y con quienes se fue reuniendo en la ruta. Según Mijares, lo que la empujó a dejar su patria son los pocos objetivos que se pueden lograr, pese al arduo trabajo que se haga.