Los ciudadanos irlandeses ya no podrán visitarse unos a otros, y las regiones fronterizas con Irlanda del Norte estarán sometidas a nuevas restricciones drásticas para luchar contra la propagación de la pandemia, anunció el miércoles el primer ministro Michael Martin.
La medida entrará en vigor el jueves a medianoche, anunció Martin en una rueda de prensa en Dublín. A partir de entonces, los irlandeses no podrán realizar visitas a domicilio, tanto en el interior como en el exterior, en todo el país, donde ya han muerto 1.835 personas por covid-19 desde el inicio de la pandemia.
“Estamos viviendo momentos muy difíciles y las cosas pueden empeorar antes de mejorar”, advirtió.
Además, las tiendas no esenciales, así como los centros de ocio, piscinas y gimnasios, permanecerán cerradas en los condados fronterizos de Donegal, Monaghan y Cavan, donde viven alrededor de 300.000 personas.
La población, salvo los “trabajadores esenciales”, debe “trabajar desde casa”, añadió el primer ministro.
Previamente, Irlanda del Norte, perteneciente al Reino Unido, había anunciado las más restrictivas impuestas hasta la fecha en el Reino Unido, ante un “aumento muy preocupante del número de casos y de hospitalizaciones”, según las palabras de la primera ministra Arlene Foster.
Los pubs y restaurantes deberán cerrar a partir del viernes, durante un mes, las vacaciones escolares serán extendidas a dos semanas, los comercios no podrán vender alcohol a partir de las 20H00 y las reuniones de más de 15 personas, a excepción de los eventos deportivos autorizados, estarán prohibidas.
El miércoles, Irlanda registró un récord de 1.095 nuevos casos en un día.
AFP