El papa Francisco criticó a los que van a misa para presumir catolicismo y a los que “rezan como loros”

El papa Francisco criticó a los que van a misa para presumir catolicismo y a los que “rezan como loros”


El Papa Francisco dirige la Misa de Pentecostés en la capilla del Santísimo Sacramento de la Basílica de San Pedro, en medio de la propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), en el Vaticano, 31 de mayo de 2020. Medios del Vaticano / Folleto vía REUTERS

 

 

El papa Francisco cargó hoy contra aquellos que van a misa “para demostrar que son católicos” o “hacer ver el último modelo que se han comprado” y “dar una buena imagen social”, durante la audiencia general que se celebró en el aula Pablo VI y en la que evitó acercarse a los fieles debido a las medidas anticontagio.

En su catequesis dedicada a la oración, el papa criticó las “oraciones falsas”, las que “son hechas solo para ser admiradas por los demás”.

“El peor servicio que se puede prestar, a Dios, y también al hombre, es rezar con cansancio, es rezar como loros, como si fuera un hábito. No. La oración es el centro de la vida. Si hay oración, también el hermano, la hermana, se vuelve importante”, agregó Francisco.

Y aseguró que “la oración no es un calmante para aliviar las ansiedades de la vida; si no, una oración de este tipo no es seguramente cristiana”.

El papa también explicó que Las Escrituras admiten “el caso de una persona que, incluso buscando sinceramente a Dios, nunca logra encontrarlo” pero lo que “Dios no sostiene es el ateísmo de quien niega la imagen divina que está impresa en todo ser humano”.

“No reconocerlo es un sacrilegio, es una abominación, es la peor ofensa que se puede llevar al templo y al altar”, aseveró.

El papa que el martes había aparecido con mascarilla siguiendo las normas anticontagio en vigor en Italia durante su participación en la plaza del Campidoglio a la jornada de oración por la Paz, hoy volvió a no usarla.

También durante los saludos, los obispos y cardenales presentes tampoco la llevaban.

En la audiencia estuvo el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella.

EFE

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