Aykut pregunta con respeto a una familia si puede abrir su tienda de campaña para desinfectarla contra el coronavirus con un aerosol. El Ayuntamiento de Esmirna trata de evitar así que la pandemia se extienda entre los miles de evacuados por el terremoto de magnitud 6,8 en la escala Richter que sacudió la ciudad el pasado viernes.
A las tareas para acomodar y alimentar a miles de personas que se han quedado sin hogar tras el derrumbe o deterioro de sus edificios en Bayrakli, el barrio más afectado por el sismo, se le suma la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Una situación muy difícil debido a las aglomeraciones, los espacios compartidos y la carestía de material higiénico y agua corriente entre los evacuados -que acampan en los parques- en un momento en el que el país registra una subida de casos de covid.
“Las labores de desinfección están a cargo del ayuntamiento. Pasamos dos veces al día por todas las tiendas. También desinfectamos las sillas y parques infantiles”, comenta a Efe Aykut, un trabajador municipal.
A unos cincuenta metros, los equipos de rescate continúan retirando escombros de un edificio, esperando poder encontrar a personas con vida bajo los escombros. Esta misma mañana han conseguido sacar a dos menores, una de ellas una niña de tres años.
Mientras, varios voluntarios ofrecen a los afectados mascarillas, pañuelos y gel desinfectante para protegerse de la covid-19.
“La pandemia pasa a un segundo plano porque ahora lo más importante es rescatar a personas con vida, pero debemos protegernos lo máximo posible”, señala a Efe Görkem, uno de los voluntarios.
AFECTADOS SIN HOGAR
Al menos diecisiete edificios se han derrumbado y unos 58 han resultado muy dañados por el terremoto, que ha causado la muerte de 83 personas y dejado heridas a más de 900. También se han contabilizado unos 460 inmuebles con daños moderados.
Equipos de rescate continúan montando tiendas en una veintena de parques para alojar a las cerca de 5.000 personas que se han quedado sin casa, según datos de los equipos públicos de rescate AFAD.
El colegio de médicos de Esmirna (TTB) “teme que se aceleren los contagios” debido a la falta de medidas sanitarias en las zonas donde se han alojado los desplazados.
“No se mide la temperatura de la gente y en algunas zonas no hay servicios de salud. Hay parques en los que hay 200 tiendas y solo dos baños. El invierno está al caer y hay más riesgo de enfermedades”, señala a Efe una fuente del TTB.
Organizaciones sanitarias temen que el aumento de casos de covid-19 pueda colapsar algunos hospitales de la zona, que ya han padecido un aumento de pacientes derivados de hospitales del área afectada por el sismo.
Dos centros de salud de Bayrakli han resultado gravemente dañados por el terremoto y todos sus pacientes han sido reubicados, entre ellos seis enfermos de covid-19.
El colegio de médicos ha pedido que se realicen test a todos los afectados por el terremoto y advierten de que entre las personas que se han quedado sin casa tras el sismo había varios pacientes de covid-19 que permanecían en cuarentena en sus hogares.
“Es muy difícil mantener la distancia social aquí. Cuando las organizaciones traen comida la gente se aglomera. No nos han informado de qué hacer si tenemos síntomas”, señala a Efe Ipek Karam, que ha pasado dos noches en uno de los parques.
“Ayer vino una ambulancia a atender a una persona pero no sabemos si era por el coronavirus. La gente está un poco inquieta”, añade.
SEGUNDA OLA DEL VIRUS
Turquía está viviendo una segunda oleada de casos de covid-19 con una media de 2.000 nuevos hospitalizados diarios y 75 fallecidos.
Partidos opositores y el colegio de médicos han criticado a las autoridades por no incluir en las cifras oficiales los casos positivos asintomáticos.
“El terremoto se ha unido a la pandemia y ahora es más importante que nunca la higiene. Miles de personas están en la calle sin el material adecuado para cuidarse. Estamos desinfectando los parques e intentamos mantener la distancia de seguridad entre tiendas”, señala a Efe Bugra Gökçe, secretaria general del Ayuntamiento de Esmirna.
Mientras, en el parque de Asik Veysel, donde se han instalado unas 270 tiendas, un grupo de voluntarios ofrece colonia desinfectante a niños y ancianos.
“En un momento así es difícil tomar tantas medidas. Hace tres días el Gobierno nos animaba a quedarnos en casa para evitar contagios y ahora no sabemos cuánto tiempo estaremos en los parques”, lamenta Ipek.
EFE.