Biden podría modificar las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con tres miembros de la OPEP: el líder de facto del grupo, Arabia Saudita, y los sancionados Irán y Venezuela, así como con Rusia, un productor clave que no pertenece a la OPEP.
Rusia lidera un grupo de productores de petróleo aliados de la OPEP, un conjunto conocido como OPEP+.
La estricta aplicación de las sanciones de Estados Unidos a Irán y Venezuela ha mantenido millones de barriles de petróleo por día fuera del mercado. Si Biden relaja esas medidas en los próximos años podría producirse un aumento de la producción que dificultaría que la OPEP equilibre la oferta con la demanda.
Biden ha dicho que optará por la diplomacia multilateral en lugar de las sanciones unilaterales que Trump ha impuesto, aunque esto no significaría una relajación de las sanciones en el corto plazo. En su campaña, Biden dijo que retomará el acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 si Teherán vuelve a cumplir con el pacto.
Trump abandonó el pacto en 2018 y volvió a imponer sanciones que redujeron las exportaciones de petróleo de Irán. Algunos en la OPEP temen que si retornan los habituales volúmenes iraníes se profundizará el exceso de oferta en otros lugares. También se muestran preocupados por si seguirá Moscú participando en la OPEP+.
“Las sanciones a Irán podrían ser reevaluadas y luego Irán volverá al mercado, por lo que nuevamente habría un exceso de oferta y el acuerdo actual de recortes estará en riesgo”, dijo una fuente de la OPEP antes de que se conociera el resultado de las elecciones.
“Existe el riesgo de que Rusia también abandone el acuerdo OPEP+ (…) ya que fue Trump quien trajo a Moscú a bordo”, dijo la fuente.
AMENAZA GLOBAL
Biden ha dicho que Rusia es la amenaza global más grave de Washington. Durante su campaña, también se comprometió a reevaluar los lazos con Arabia Saudita.
En abril, Trump estuvo involucrado en las conversaciones que llevaron a un acuerdo mediante el cual la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Arabia Saudita trabajarían con productores aliados liderados por Rusia para acordar un recorte récord de los suministros de petróleo, en un momento en que el brote de coronavirus golpeaba la demanda.
El resultado fue un acuerdo global sin precedentes para reducir el suministro global de petróleo en unos 20 millones de barriles por día, o alrededor del 20%. Solo la OPEP+ acordó recortar 9,7 millones de bpd.
La motivación de Trump estaba en un aumento de los precios mundiales del petróleo y evitar las quiebras y la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo en la industria energética de Estados Unidos a medida que se acercaban las elecciones.
Trump ha sido un defensor de la industria del petróleo y el gas, aliviando regulaciones ambientales y rechazando a la ciencia convencional que ha explicado cómo las emisiones están causando el calentamiento global.
Al principio de su presidencia, Trump había criticado a la OPEP por buscar precios más altos e instó a los miembros a bombear más.
“Trump es ahora nuestro amigo”, dijo una fuente importante de la OPEP de un miembro del cartel aliado de Estados Unidos, que no quiso ser identificado.
Reuters