El comisionado de la ciudad, Al Schmidt, dijo a CBS “60 Minutes” que él y su personal han enfrentado acusaciones infundadas de que están tratando de engañar o manipular el voto y “llamadas a nuestras oficinas para recordarnos que ‘Para esto es la Segunda Enmienda, gente como nosotros.'”
Por New York Post
Cuando el reportero de CBS Bill Whitaker le preguntó si se trataba de una “amenaza de muerte no tan velada”, Schmidt respondió: “Sí, para contar los votos en una democracia”.
El presidente Trump presentó demandas e hizo acusaciones infundadas de fraude electoral generalizado en Pensilvania y otros estados, ya que continúa negándose a ceder ante el presidente electo Joe Biden.
Los manifestantes que apoyaban a Trump continuaron reuniéndose afuera del Centro de Convenciones de la ciudad, donde se procesan y cuentan las boletas, gritando “¡Detengan la trampa! Joe recibió una paliza” tan recientemente como el sábado, incluso después de que el estado y la presidencia fueran convocados para Biden.
Dos hombres de Virginia que portaban armas fueron arrestados el viernes después de que supuestamente viajaron al centro para “enderezar la votación”.
“Desde adentro, mirando hacia afuera, todo se siente muy trastornado”, dijo Schmidt. “Al final del día, estamos contando los votos elegibles emitidos por los votantes. La controversia que lo rodea es algo que no entiendo”.
Schmidt dijo que esperaba que las boletas provisionales restantes tardarían al menos otra semana en contabilizarse.
Al final del día, dijo Schmidt, “el daño real no es quién gana o quién sale elegido”.
“El daño real es cómo reaccionamos todos a este proceso. Para que al fin y al cabo todos tengamos confianza en que se escuchan todas las voces y ganemos o perdamos estas son las personas que nosotros las personas hemos elegido para representarnos”.