A sus 81 años, el montañista español Carlos Soria está entrenando para afrontar uno de los picos más altos del mundo, un reto que dedicará a las víctimas ancianas de la pandemia de COVID-19.
“Espero (…) hacer este pequeño o gran homenaje a todos los compañeros mayores que lo han pasado tan mal, que lo están pasando tan mal y que algunos han desaparecido”, dijo Soria en la puerta de su casa en la sierra de Guadarrama, al norte de Madrid.
Si las restricciones de viaje lo permiten, Soria espera ir a Nepal en la primavera boreal para realizar la ascensión al Dhaulagiri, de 8.167 metros.
Después de conquistar 12 ochomiles, Soria quiere completar la lista con el Dhaulagiri y el Shishapangma del Tíbet para convertirse en el escalador de más edad en alcanzar las 14 cimas más altas del planeta.
Su objetivo era hacerlo a principios de este año, pero la pandemia encerró a gran parte del mundo e interrumpió sus planes.
Sin dejarse intimidar, aprovechó la oportunidad para quedarse en casa durmiendo en una cámara hiperbárica que reproduce las condiciones atmosféricas de la vida a 5.000 metros sobre el nivel del mar.
Soria mantiene al día sus habilidades corriendo largas distancias por empinadas laderas y usando piquetas para subir por el rudimentario muro de escalada que tiene en su terraza interior.
“Con el follón que hay en el mundo entero, que yo estuviese aquí encerrado no era lo mas grave del mundo”, dijo Soria durante un descanso en su entrenamiento.
“Soy un veterano alpinista, un veterano muy veterano”, se ríe, recordando algunos de los viajes que le han llevado a remotas cordilleras en todos los continentes.
“Ya cuando he sido mayor me ha parecido que es una cosa bonita enseñar a la gente de cierta edad que no se deben abandonar las cosas solo por la edad”.
Reuters