Unas treinta líneas de mototaxistas están registradas para operar en el llamado eje fronterizo, entre las poblaciones de San Antonio y Ureña, por donde se produce el mayor flujo de personas que pasan hacia territorio colombiano.
Nelson Altuve // LA PRENSA DE TÁCHIRA
Pero desde el cierre de los pasos fronterizos, que incluyen los puentes Simón Bolívar y Santander la situación ya de por sí es difícil para esta gran masa laboral que representa un alto porcentaje en cuanto a fuente de empleo en una zona severamente golpeada por las restricciones aplicadas desde el nivel central.
Así lo indica Jan Willian Rodríguez, presidente de una Cooperativa del sector Palotal. Rodríguez, expone que primero el cierre de frontera, luego la pandemia y ahora las fuertes lluvias hacen más complicado para ganarse el pan diario.
“El trabajo es fuerte, hay poco movimiento de personas más por el cierre de la frontera. Ahora todo el que viene pues pasa por las trochas, pero nosotros no podemos pasar por allí porque nos metemos en problemas con la autoridad”. Agrega.
Aunado a esos problemas también les toca fuerte con la obtención de gasolina para hacer las carreras. “Conseguir gasolina aquí es difícil está muy elevado comprarla en el mercado negro y en las estaciones de servicio cuando llega es racionada para tanta moto que hay aquí”.
¿Cómo han subsistido durante estos meses de cuarentena por la pandemia?
“Es fuerte, a veces pasamos tiempo aquí y no llegan pasajeros. Nos toca que regresar a las casas sin nada para comprar alimentos para la familia, esto es duro”.
Cherry Ríos, opera con su motocicleta por los lados del cementerio, que es una zona neurálgica de mucho movimiento. “Por ahora nos estamos bandeando con los migrantes que vienen caminando desde San Cristóbal, hay gentecita que trae dinero, pesos y dólares, los bajamos desde Apartaderos o La Mulera, pero igual tenemos que cobrar alto para darle allí en los puntos de control para que dejen trabajar”.
“Aquí está esto muerto, hermano, uno pues tiene su motico, y es algo, pero de verdad es duro para el que no tenga este caballito”, dice Ríos.
Ambos motociclistas coinciden que las autoridades venezolanos deben llegar a acuerdo con los de Colombia para reabrir los pasos en los puentes, que haya bastante seguridad y control, pero que permitan el flujo de personas para reactivar el comercio y que se mejore la situación de los que viven en los municipios Bolívar y Pedro María Ureña.