Familiares de los privados de libertad del Centro de Formación para el Hombre Nuevo “El Libertador”, establecimiento que forma parte del Complejo Penitenciario de Carabobo, se sienten indignados por el castigo al que están sometidos varios reclusos porque presuntamente se comieron la mascota del exdirector de este penal.
Por: Una Ventana a la Libertad
El animal, una perra Rottweiler, a la que llamaban “la niña” o “princesa”, y que era propiedad del anterior jefe de este penal, fue sacrificada y devorada por varios presos, quienes ahora pagan las consecuencias por el hecho cometido.
El disgusto o indignación, sostienen los familiares de los privados de libertad, es porque ellos les llevan alimentos para que coman algo mejor, pero por órdenes superiores, los subalternos o custodios, echan para atrás hasta más de la mitad la comida que con esfuerzo logran comprar por la situación crítica que viven todos en el país.
Un adulto mayor que tiene un hijo en el Centro de Formación para el Hombre Nuevo “El Libertador”, aseguró que eso de permitir un mínimo de productos no es todo: “Aquí los que reciben la comida se quedan con una parte. No entregan los paquetes completos. Cuando toca visita y hablamos con nuestro familiar, nos enteramos que les faltó algo. Las catalinas o tortas no las entregan completas, siempre se agarran tres o cinco”.
Una madre agregó: “Uno hace el sacrificio de donde uno no tiene ya que todo es muy costoso para uno llevarles sus cosas a ellos, para que vengan estos uniformados a tomar algo que es ajeno. Agarrar lo que no es tuyo es un delito”.
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