Durante casi dos décadas, la primera semana de diciembre en Miami ha sido sinónimo de artistas, ferias de arte, fiestas empapadas de champán, instalaciones emergentes, una explosión de nuevos grafitis y atascos de tráfico.
Por Reuters
Pero la ciudad de Florida se ve muy diferente este año.
Después de que la pandemia de coronavirus obligó a Art Basel Miami Beach a anunciar en septiembre que cancelaba la feria de este año, la galaxia de ferias satélites de la ciudad hizo lo mismo.
Art Basel es típicamente uno de los momentos más ocupados para Miami, y la sacudida no podría haber llegado en un peor momento para esta ciudad impulsada por el turismo y la hospitalidad que ha sido duramente afectada por COVID-19.
A principios de este año, Florida vio la mayoría de los casos nuevos del nuevo coronavirus en cualquier parte del mundo. En el sur de Florida, las empresas dependen de la afluencia de decenas de miles de visitantes adicionales, al igual que los gobiernos locales que recaudan impuestos.
Aún así, en ausencia de la élite global del mundo del arte, los artistas e instituciones con sede en Miami han seguido adelante con su trabajo y han encontrado un lado positivo.
Lauren Shapiro, una artista de cerámica que colaboró ??con un amigo e investigadores oceánicos, trabajó con más de 100 voluntarios socialmente distanciados para construir una instalación masiva de bloques monolíticos enchapados con huellas de arcilla de coral muerto.
La pieza, llamada Future Pacific, es una meditación sobre la creciente fragilidad y desaparición de los ecosistemas de arrecifes de coral. La arcilla sin cocer será destruida después de la exhibición de cuatro meses, reflejando cientos de miles de años de vida y crecimiento perdido a medida que los arrecifes de todo el mundo se extinguen.
“Sabíamos que lo haríamos durante la semana del arte, así que estábamos muy entusiasmados con la perspectiva de tener exposición internacional … y a medida que se acercaba la fecha y Basilea finalmente cancelaba, fue un poco decepcionante”, dijo Shapiro.
Sin embargo, Shapiro pudo concertar citas individuales para ver la instalación.
“Pude traer a muchos curadores, coleccionistas y solo a personas interesadas en el trabajo para brindarles recorridos personales por la exhibición y conectarse con ellos a un nivel más personal”.
El pintor al óleo Thomas Bils se hizo eco de un sentimiento similar.
“Estoy un poco decepcionado de no poder ver a mis artistas nacionales e internacionales favoritos, pero lo que estoy viendo es ver a muchos de mis amigos y colegas haciendo proyectos mucho más grandes y floreciendo”, dijo Bils.