Solo cinco días antes de presentarse ante una audiencia en vivo por primera vez en casi dos meses, los cantantes de la Ópera de París se enteraron de que no podían volver hasta enero, ya que los casos de coronavirus seguían siendo muy altos en Francia.
Así que decidieron filmar sus interpretaciones de obras de un joven Wolfgang Amadeus Mozart y de los compositores franceses del siglo XVIII Chevalier de Saint-Georges y Andre Gretry y ofrecerlas en un nuevo portal de video bajo demanda lanzado la semana pasada por la Ópera de París, que dirige las casas de ópera de Garnier y Bastille.
“Por supuesto que es triste, pero tenemos mucha suerte de poder filmar este concierto, especialmente porque algunas piezas de la música que se tocará nunca se han grabado”, dijo la soprano francesa Pauline Texier.
El gobierno francés anunció en noviembre que las restricciones impuestas a fines de octubre para hacer frente a una segunda ola de coronavirus se levantarían parcialmente el 15 de diciembre e incluirían la reapertura de sitios culturales.
Pero el jueves pasado el primer ministro Jean Castex dijo que los museos, cines y teatros no reabrirán al menos hasta inicios de enero ya que no se había cumplido la meta de mantener el número de nuevas infecciones diarias por debajo de 5.000.
“Para mí, es realmente una vergüenza que todavía no podamos tocar. Porque nosotros, como artistas, estamos incompletos sin el público”, dijo Fernando Escalona, un contratenor de Venezuela, durante el ensayo.
Personas del mundo de las artes y el entretenimiento protestaron el martes en París contra la decisión del gobierno.
Castex dijo que se entregará asistencia financiera adicional a los artistas y que habrá una reunión el 7 de enero para ver si es posible una reapertura.
No poder tocar frente a una audiencia se ha “convertido en la nueva normalidad”, dijo el bajo estadounidense Aaron Pendleton. “Pero todavía podemos compartir nuestro trabajo y todavía podemos trabajar, así que somos afortunados de tener eso”, agregó. Reuters
