La OTAN está analizando sus sistemas informáticos tras el ciberataque masivo cuyo objetivo era robar los secretos de múltiples agencias del Gobierno estadounidense, incluidos el Pentágono y laboratorios nucleares, pero por el momento no ha detectado pruebas de que la Alianza se haya visto afectada.
“En este momento, no se han encontrado pruebas de que ninguna red de la OTAN haya quedado comprometida. Nuestros expertos siguen analizando la situación, con vistas a identificar y mitigar cualquier riesgo potencial para nuestras redes”, indicaron este sábado a Efe fuentes aliadas.
La agencia de ciberseguridad de Estados Unidos concluyó este jueves que un reciente ciberataque a nivel global atribuido presuntamente a piratas informáticos rusos supone un “riesgo grave” para el Gobierno federal, pues ha comprometido “infraestructuras cruciales” en el país y será difícil de eliminar.
Los responsables del ataque espiaron durante meses a los clientes en todo el mundo de un producto de la empresa tecnológica estadounidense SolarWinds.
El ciberataque, que comenzó supuestamente en marzo, utilizó actualizaciones de ese software para entrar en los sistemas de múltiples agencias del Gobierno estadounidense, incluidos los departamentos del Tesoro, de Estado, de Comercio y de Seguridad Nacional.
Desde la Alianza reconocieron hoy que “una amplia gama de gobiernos y organizaciones, incluidas algunas entidades de la OTAN”, utilizan el “software” de SolarWinds.
Sin embargo, añadieron que la ciberseguridad es una prioridad para la OTAN y que sus redes se “defienden” las veinticuatro horas del día y las siete jornadas de la semana.
En ese sentido, la Alianza cuenta con equipos de reacción rápida que pueden dar apoyo a los países miembros de la organización durante todo el día, apuntaron las fuentes.
EFE