El martes 27 de marzo de 2007 secuestraron a Antonio José Garbi Fernández, padre de familia, desapareciendo hasta el sol de hoy, como si se lo hubiera tragado la tierra.
La desidia oficial ante el secuestro y desaparición de su papá sirvió de elemento activador de las capacidades de liderazgo latentes en el adolescente Antonio Garbi, primero en el entorno familiar, donde contando tan sólo con 15 años de edad tuvo que asumir con entereza la búsqueda de su padre para terminar 8 años después en similares circunstancias que él, solo que su secuestrador era el Estado que no supo, no pudo o no quiso darle respuestas en el caso de su progenitor.
En el año 2014 en Valencia, encontramos al joven Antonio José a sus 23 años de edad liderando protestas pacíficas, exigiendo protección por parte del Estado, pedida hasta la saciedad en el caso de su progenitor, pero además, justicia, democracia, libertad, prosperidad y bienestar del pueblo, también la igualdad ante la ley, principios constitucionales que hoy, después de 5 años y 7 meses injustamente preso, no han dejado de tener sentido para él.
La ineficiencia del gobierno, sumada a la corrupción puesta de manifiesto por efectivos militares a la hora de buscar y rescatar al padre de las manos de los secuestradores, hicieron imposible a la familia Garbi González lograr protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad en los términos establecidos en el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es decir su derecho a petición (Art. 51 CRBV) fue burlado y aprovechado en beneficio propio de los efectivos militares, esos fueron factores determinantes para que las capacidades de liderazgo que el joven Antonio José llevaba en la sangre transcendieran el entorno familiar para manifestarse en un espacio más amplio de exigencias sociales como lo fueron las protestas que lideró en su comunidad durante el primer trimestre del año 2014.
El origen de las razones políticas de la detención arbitraria de Antonio Garbi se encuentra en la línea temporal de sus exigencias y la de su familia al gobierno chavista, iniciadas en marzo de 2007 a raíz del secuestro de su padre, Antonio José Garbi Fernández, acentuadas en medio de protestas nacionales, porque para marzo de 2014, cuando ocurren los hechos por los cuales se encuentra injustamente preso, su familia y él no habían desistido de encontrar a su padre, de tal suerte que la pérdida de interés por el caso de parte de las autoridades competentes, por cuanto la familia no contaba con más recursos económicos que darles para que hicieran su trabajo, en lugar de ser una limitante, favoreció el liderazgo emergente que le ha costado su libertad hasta el sol de hoy.
Por esta y otras razones exigimos que el joven Garbi y todos los presos políticos pasen la Navidad en libertad junto a sus familiares.