Japón dijo el lunes que consideraría la posibilidad de declarar el estado de emergencia para el área metropolitana del Gran Tokio a medida que los casos de coronavirus aumentan, lo que arroja nuevas dudas sobre si el país puede seguir adelante con la organización de los Juegos Olímpicos al tiempo que amortigua el impacto económico.
La declaración de emergencia supondría un paso atrás para el primer ministro, Yoshihide Suga, quien hasta ahora se ha resistido a tomar una medida tan drástica pese a las críticas de que el Gobierno estaba tardando en actuar.
El 31 de diciembre se registró un récord de 4.520 nuevos casos en Japón, lo que llevó a la capital, Tokio, y a tres prefecturas vecinas a solicitar una declaración de emergencia al Gobierno nacional. El domingo se registraron 3.158 nuevos casos, según la emisora pública NHK; casi la mitad de esos contagios se dieron en Tokio y sus alrededores.
“Durante los tres días de las vacaciones de Año Nuevo los casos no se redujeron en el área del gran Tokio”, dijo Suga en una conferencia de prensa.
“Sentimos que se necesita un mensaje más fuerte”, añadió, cuando se le pidió que explicara el cambio de opinión sobre una posible declaración de emergencia.
Suga no dijo la fecha en la que su Ejecutivo podría tomar la decisión ni qué medidas le acompañarían. Con el primer estado de emergencia, declarado la primavera pasada y de más de un mes de duración, se cerraron escuelas y negocios no esenciales.
A falta de detalles, cientos de miles de personas entraron en Twitter para expresar su consternación y confusión.
“Esta mañana las noticias dijeron que faltan 200 días para los Juegos Olímpicos y, por la tarde, que podría haber otro estado de emergencia. ¿Qué está pasando?”, dijo un usuario de la red social.
Desde el comienzo de la pandemia, Japón ha registrado más de 245.000 casos y alrededor de 3.600 muertes.
Aunque las cifras son muy bajas en comparación con las de muchas partes de Europa y América, Suga tiene el reto de acoger los Juegos Olímpicos en Tokio este verano después de la suspensión de la cita olímpica en 2020.
La tarea se ha vuelto todavía más difícil tras el descubrimiento, el mes pasado, de una nueva variante del coronavirus, altamente infecciosa, lo que ha llevado a Japón a prohibir temporalmente la entrada al país de los extranjeros no residentes.
Aun así, Suga repitió la promesa de continuar con los preparativos de los Juegos, añadiendo que el país tendría como objetivo comenzar a vacunar a los residentes a finales de febrero. Reuters