Las circunstancias mandan y el país busca nuevos equilibrios más allá de la clase política y sus mediocres peleas.
Una prueba en pro de esta tesis son los resultados de las elecciones de diputados donde más allá de los lloriqueos de quienes no fueron elegidos y de quienes le reclaman al CNE su propia falta de programa o de candidatos capaces de entusiasmar un electorado que prefirió abstenerse antes de votar por quienes se considera que nada van a cambiar… todos los partidos de maletín fueron barridos.
Herencia de unos reglamentos tan desactualizados y poco democráticos como pueden ser los colegios electorales yanquis… y también del desespero oficialista por ver en cada elección lleno de colorines el tarjetón… porque piensan que ese bochinche es más democrático… en el CNE viene funcionando una taguara donde todo se vende.
A precio solidario pero en dólares allí se consiguen desde firmas para legalizar lo que la Constitución le otorga como derecho al ciudadano… pasando por logotipos y nombres de partidos… directivas etcétera… allí casi todo tiene precio.
Y merced de esta situación han venido floreciendo partidos como salen hongos después de las lluvias.
Partidos que generalmente por no decir todos… carecen de ideología, programa y lideres creíbles porque la mayoría de los dueños de estas mini franquicias parecen y actúan como los embaucadores de ferias campesinas.
Y así venía siendo en ese mercado persa que hasta hace poco presidió Tibisay Lucena hasta que las sanciones por un lado y los efectos de tantas décadas de socialismo… sin respiro… han puesto a las altas esferas del partido de gobierno a recoger velas.
Ya desde el año pasado el presidente Maduro, con la chequera vacía, por vía de la Asamblea Constituyente dictó medidas para que se pudieran importar y exportar mercancías y materiales.
A primera vista esto pareciera que es capitalismo y así lo hicieron saber los rezongos del PCV y de parte del PPT… pero no lo es aunque se parece… pero tiene consecuencias más allá del deslinde de los comunistas que al gobierno más bien le favorece.
Y el electorado que desde el primer triunfo de Hugo Chávez votaba por los rojos rojitos pero también por multitud de partidos lo entendió.
Desde luego que siempre hubo en las elecciones venezolanas un partido más grande… pero los chiquitos desde que fueron aupados a participar por el oficialismo para dividir la oposición… algo pescaban… y en caso contrario siempre podían vender postulaciones o la franquicia entera.
Pero el electorado que más pesa, específicamente los ricos de vieja data junto a boliburgueses y bolichicos… decidieron esta vez financiar a seguro… valga decir al PSUV y a la alianza que encabezó Bernabé junto con el pastor Bertucci… mandando al cipote a los partidos de maletín y otras alianzas menores.
Nada nuevo que el capitalismo mercantilista y debo recordarle a los idiotas que llaman comunista al gobierno de Nicolás Maduro… siempre tiende a terminar en un bipartidismo donde los enanos de circo están de más.
El problema nuestro estriba más en quién será el “otro partido” de ese nuevo bipartidismo… porque es obvio que por los momentos el PSUV se debe sentar de primero… ¿será AD ahora jugando como partido conservador… o Bertucci que tenía financiamiento desde el norte y línea directa hacia el vicepresidente de Donald Trump y a quien ahora le hacen lobby con la señora Kamala?
¿O será una tercera opción que por los momentos ni se vislumbra?
Desde el punto de vista del ciudadano común que está harto de las estupideces polarizadas… pero también quisiera un cambio, es posible que el pastor Bertucci tenga mayores posibilidades que Bernabé y su combo que a lo sumo garantizarían una permuta de caras…pero no de malas mañas.
Y sin olvidar que un sistema como el nuestro difícilmente propiciará cambios mayores… sobre todo en la economía… una tercera opción… capitalista, popular y de mercado… frente a la retórica demagoga del gobierno que ofrece restaurar el Estado de Bienestar… como si eso fuese una mercancía que se compra en Miami… quizás tendría vida… si Bertucci sigue copiando a Bolsonaro.
Las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes van a ser el laboratorio donde un nuevo bipartidismo seguirá forjando sus fichas: Lo cual per se no es ni bueno ni malo… malo que ninguno de los dos partidos sea alternativa del otro.