Una pareja tiene suerte de estar viva después de quedarse varados en el remoto interior de Australia, sin comida, ni agua durante dos días.
Por News
Traducción libre de lapatilla.com
José Merlos de 29 años y su prometida, Nicky Wong de 32 años, caminaron más de 40 kilómetros, con su cachorro dálmata Loki, en el calor abrasador para buscar ayuda después de que su carro se atascara en la arena el 3 de enero.
La pareja estaba de vacaciones en Cairns cuando el gobierno de Australia Meridional introdujo un fuerte cierre fronterizo en respuesta al último brote de Covid-19 en Sydney.
En un intento por llegar a casa sin conducir por Nueva Gales del Sur, la pareja viajó tierra adentro antes de tomar caminos rurales a través del norte de Australia del Sur.
Pero se encontraron en serios problemas después que su carro se atascara en la arena.
Abandonaron el vehículo y dejaron una nota que decía que caminarían hasta Innamincka, una pequeña ciudad cerca de la frontera de Australia del Sur con Queensland.
No tenían recepción telefónica y confiaban en un mapa precargado.
La pareja incluso recurrió a garabatear SOS en la arena mientras dejaba varias notas a lo largo del recorrido, instando a los transeúntes a llamar a los servicios de emergencia.
Pero se perdieron y temieron que el tiempo se estuviera acabando.
“Hacía tanto calor y estábamos asustados, pensé que íbamos a morir. Mi teléfono decía solo SOS, y seguía intentando una y otra vez pedir ayuda, pero la llamada no se realizaba”, relató Merlos en un comunicado a la RFDS.
Recurrieron a beber agua fangosa de un abrevadero e incluso a su propia orina que Merlos no podía soportar.
“Apenas hablamos mientras caminábamos porque teníamos la boca muy seca. Nos quedaba poca comida, pero no podíamos comerla porque no teníamos saliva y no podíamos tragar. Me preocupaba que mi prometida, Nicky no lo lograra ya que necesitaba más suministros y más descansos. Tuve que rogarle que siguiera caminando”, recordó Merlos.
Al otro día de calor sofocante, vieron un carro acercándose a la pareja. Era Craig, un trabajador de Santos que solo tomaba esa ruta cada seis semanas. Había visto sus notas pidiendo ayuda.
“Craig nos dijo que solo tomaba ese camino una vez cada seis semanas y que teníamos que caminar otros 25 km para llegar a Innamincka. Si no nos hubiera encontrado, habríamos muerto”, contó Merlos.
Craig los llevó a la ciudad donde les dieron comida y agua y fueron tratados por el RFDS. Después de dos días de recuperación, la pareja regresó a Adelaide.
El enfermero practicante de RFDSSE, Chris Belshaw, quien trató a la pareja, aseguró que tenían suerte de estar vivos, “Afortunadamente para ellos, la temperatura era más baja de lo normal y solo 30 grados. Por lo general, es de 45 en esta época del año”, dijo.
“Si fuera la temperatura normal, entonces creo que habrían perecido”.
Loki, el dálmata, resultó ileso.
“Si tuviéramos que viajar al interior nuevamente, compraríamos un teléfono satelital y nos aseguraríamos de que las autoridades de la ciudad más adelante supieran que nos esperan”, afirmó Merlos.