El pasado domingo 25 de octubre de 2020, en la tarde, el presidente de Colombia, Iván Duque, anunció que en un operativo militar se había dado de baja a Andrés Felipe Vanegas Londoño, conocido con el alias de ‘Uriel’, el tercer jefe del frente de Guerra Occidental del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
‘Uriel’ se encontraba en la zona selvática del Chocó. Su campamento contaba con antena de internet satelital y paneles solares. En ese mismo lugar, anunciaron las autoridades, se encontraron tres radios base con los que Uriel se comunicaba, dos tablets, seis computadores, 16 celulares, armas, rutas de escape, munición calibre 5.56 y su pasaporte personal.
Tres meses después, estas incautaciones son clave para revelar los presuntos planes, formas de financiación y expansión del ELN en Colombia, Latinoamérica y el mundo, según el contenido de algunos de los archivos que la inteligencia militar del país ha logrado desencriptar y que reveló revista Semana este sábado.
Uno de los principales planes que llegó a concebir Uriel fue el de asesinar o secuestrar a Tomás y Jerónimo Uribe, hijos del expresidente Álvaro Uribe Vélez. El plan, que nunca se concretó porque “se nos puede salir de las manos”, como lo afirmó el exjefe guerrillero, se daría en el municipio de Apía, en Risaralda, lugar que visitaban, según Uriel, con bastante frecuencia los hijos del exsenador. “En Apía hay un proyecto de hidroeléctrica. Lo curioso es que no se sabe por qué, pero los hijos de Uribe han visitado el lugar en helicóptero. Le dije que obvio nos interesaba. Que necesitábamos más info, si eran accionistas, cada cuánto iban o irían (…) De igual manera, que si tenía alguna masa de confianza donde se pudiera apoyar un comando que pusiéramos en la zona”, les reportaba a sus jefes.
Además del seguimiento, la idea de asesinarlos le rondó por la cabeza a Uriel y expresó a sus jefes, incluso, con qué armas lo haría. “Si no vemos garantías para una retención, pensábamos en ejecución, con explosivos, control remoto, lo que aplique”. El medio de comunicación que tuvo acceso a estos archivos, confirmó con Tomás Uribe que él y su hermano, al menos una vez al mes, visitan esa zona por la construcción de centros comerciales.
La estrategia en Ecuador
Según los audios y documentos, el ELN estaría apoyando abiertamente al candidato presidencial Andrés Arauz Galarza, aliado del exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, para que su movimiento político regresara al poder en dicho país el próximo 7 de febrero, día de las elecciones. En los reportes se evidencia un millonario préstamo que le hizo la guerrilla al menos a una campaña.
Uriel les pregunta a dos contactos suyos en Ecuador sobre el dinero que tenía como destino final al “señor de la mariposa del sur MS”, y que se trataría de la plataforma UNES (Unión por la Esperanza) que tiene como símbolo una mariposa de colores y que tiene como candidato a Arauz Galarza. “Los comuneros nos informaron de una inversión de 80.000 USD entregados a ustedes en Barbacoas (…) nuestro éxito depende de apoyar la esperanza”, citó Semana.
En esa misma conversación, Uriel les dice a sus compañeros que las alianzas se afianzaron durante la participación del ELN en la Mesa de 2017, donde lograron consolidar la estrategia de reconocimiento a la que le apuntan y que se esperaba fortalecer con “nuestro amigo del cinturón”, refiriéndose, de acuerdo a lo que señalan las autoridades colombianas, al expresidente Rafael Correa y a la mesa a la que se refiere es la de diálogo en medio de las conversaciones que se adelantaban en Quito, para llegar a un acuerdo de paz entre esa guerrilla y el Gobierno colombiano, pero que se canceló por el atentado en la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá dado en enero de 2019, donde murieron 22 uniformados, y que se adjudicó el ELN.
Ante esta información, Semana habló con Rafael Correa, quien calificó todos estos hallazgos como “patrañas”, afirmando que estaban usando la misma estrategia que cuando él se lanzó a la presidencia, diciendo que había recibido dinero de las Farc.
Las acusaciones contra Correa también cobran relevancia cuando las autoridades colombianas encontraron que, según Uriel en conversaciones con el Comando Central (COCE), Rafael Correa les habría ofrecido dirigir o, al menos ser parte, de lo que él denominó “Ministerio del Petróleo”. Según el exguerrillero, Correa le dijo que le recomendara una persona de ideología política de izquierda para ponerlo en dicha entidad, pero que nunca llegó porque, según Uriel, “hoy no tengo el nombre todavía, o sea, no existe esa persona en la izquierda que sea capaz de ser el encargado de los petróleos”.
En los archivos que conoció Semana también había chats en los que, al parecer, miembros de comunidades indígenas, estudiantes y trabajadores, le escribían al mismo Uriel para que los incluyeran dentro de la guerrilla.
Argentina y Chile: algunos logros de su expansión
Sobre Argentina, se conoció de un supuesto intento de secuestro de un alto ejecutivo de una multinacional de alimentos de ese país y que, hasta el momento, no se menciona con nombre propio por temas de seguridad. La idea del plan, según la inteligencia colombiana, era empezar con la estrategia de financiación a partir de crímenes. En este caso, ‘Uriel’ ofreció enviar a su personal para empezar la labor de inteligencia para cometer el secuestro, ganar dinero e impactar la sociedad argentina con la marca ELN. Sin embargo, todo habría quedado en planes.
De acuerdo con la investigación, en Chile su ideal sí se conectó con las protestas multitudinarias que se dieron en ese país y que dejaron como resultado la modificación de la Constitución Política. “Podría llegar incluso hasta la renuncia de Piñera si la rebelión nacional se extiende varios días más”, le dijo Uriel en su momento al Comando Central. Según los documentos que hace públicos Semana, el exguerrillero mantenía conversaciones con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. El medio logró conocer que el Gobierno de Iván Duque llegó a advertirle a Sebastián Piñera, presidente de Chile, sobre el llamado plan Hermes, con el que el ELN buscaba hacerse espacio en el país austral.
Las protestas, al parecer, sería un modus operandi en el que se especializaba ‘Uriel’. Él mismo admitió que intervino e infiltró con algunos hombres en las protestas del 9 y 10 de septiembre de 2020 en Bogotá, después de la movilización ciudadana tras la muerte de Javier Ordóñez a manos de la Policía Nacional. El hecho terminó con decenas de casetas de policía incendiadas y destruidas, y al menos 11 muertes violentas de manifestantes.
Otros intentos de expansión
Según los más de 2 millones de archivos, de los cuales hasta ahora se conocería solo una parte, ‘Uriel’ también expandió sus tentáculos en otros países como Brasil, Honduras y Guatemala. Lo hacía a través de chats o llamadas en las que desde esos lugares le decían que querían unirse a la causa “contra el capitalismo”.
También tocó instancias internacionales, ya que, al parecer, logró hablar con medios de Europa en los que promovía su agenda y afirmaba que el conflicto armado en Colombia todavía se mantenía. En algunas conversaciones que sostuvo, afirmó que “en Europa el proceso de paz en Colombia se reduce a los acuerdos con las Farc”.
La investigación a la que tuvo acceso Semana también señala que ‘Uriel’ le propuso al COCE invertir en un proyecto de importación desde China, en el que traerían pilas de litio para radios y equipos de comunicación a través de intermediación. Además, se gestionaba la compra de chapuzas, donde se cargan pistolas y revólveres, a través de una empresa legalizada con Cámara y Comercio en Colombia.
El proceso de paz con el ELN fracasó después del atentado en enero de 2019 y los líderes guerrilleros como Pablo Beltrán y Gabino seguirían refugiados en Cuba, que no los quiere extraditar porque, aseguran, se debe seguir un conducto regular pactado con Juan Manuel Santos y que Iván Duque, quien ya los pidió en extradición, no querría seguir.