A pesar de la mala propaganda en Caracas ocurren pocos incendios sobre todo si tomamos en cuenta lo despistados que andan algunos ciudadanos, a consecuencia de comer poco, estar preocupados por lo poco que se gana o porque les avisaron que el bodegón donde trabajan cierra a fin de mes.
Por fortuna la ciudad tiene cultores de lo que llaman “teorías de conspiración” y ante el incendio del Ministerio de Educación en vez de comenzar la investigación pensando en un accidente… automáticamente se lo achacaron a la acción de misteriosos enchufados que necesitaban desaparecer papeles comprometedores.
Tomando en cuenta la ineficacia de nuestras instituciones encargadas de meter en cintura a ladrones, estafadores y otros delincuentes… y recordando cómo dejaron escapar a Carmona Estanga o peor… que no se atreven a poner tras las rejas al sinvergüenza autoproclamado… prefiero creer que el fuego tuvo otro origen más mundano.
Por ejemplo un vigilante que tiró una colilla de cigarrillo antes de bajar a tomarse una cerveza en la esquina de Salas.
O cables cortocircuitados que posiblemente se denunciaron hace meses pero nunca fueron reparados ora por falta de fondos o porque cuando consiguieron un electricista… no había cinta “teipe” en el depósito a pesar de que el día anterior se compraron una gruesa.
Sea como sea la educación está en el tapete aunque el incendio desvíe la discusión de fondo que se debió dar al menos hace 40 años… y créanme los lectores que el fuego no es la única bomba de humo capaz de desviar hacia boberías lo que es importante.
En materia de educación solo fui profesor los últimos seis años… tiempo suficiente para entender lo atrasados que estamos y lo medieval de los debates originados en ese sector tan importante.
En un mundo que ya es digital los gremios, incluyendo rectores y decanos que son los más vocingleros, no aceptan un debate abierto y por eso piden que el Ejecutivo los escuche… pero a solas.
Dónde pueden negociar sus torvos intereses.
Nuestro país es el único donde se puede pasar la vida estudiando gratis… sin que le exijan al vago diplomado contraprestación alguna.
Incluso graduamos médicos para que apostillen las notas y se larguen al exterior. Nadie les exige digamos trabajar 5 años en el servicio público antes de tener el título.
Hay cantidad de abogados y periodistas… tantos que cuando uno aleatoriamente busca un twitter… enseguida salta una comunicadora o un tinterillo incapaz de redactar el más simple libelo.
Son tantos que la mayoría de estos profesionales hacen de buhoneros o tramitan documentos. Todos graduados gratis y gastando presupuesto en profesores, aulas y autoridades que son quienes en las universidades se llevan la parte del león.
Y cuando alguien –por fin- intenta poner orden… los medios en vez de orientar el debate… banalizan la discusión con idioteces cómo “quieren eliminar muchas carreras”. Y en seguida brinca el eterno malandro de la Federación de médicos o el o la de abogados, es igual, a protestar y cómo los nuevos diputados no pasan unos de repetir los mantras del gobierno y los otros no encuentran manera de adular a la mayoría… nadie pone en su sitio a estos malhechores.
Es en serio: Nuestro empobrecido país no puede seguir graduando gratis alumnos venidos de paises cercanos… donde para colmo las autoridades y el pueblo en general tratan mal a los venezolanos.
Y tampoco se pueden seguir graduando cantidad de bachilleres en carreras que no son prioridad o porque son antiguallas o porque hay demasiados titulares de esas profesiones y muchos trabajan como moto deliveris.
Cuando el Ejecutivo asomó priorizar las carreras… algo que aparte de lógico y patriota… lo han debido hacer hace 15 años… la oposición borbónica enseguida rezongó… y el supuestamente todopoderoso gobierno reculó.
Un observador imparcial se habría burlado de los opositores rezongones: Sucede que las carreras no prioritarias señaladas por el ministerio… son aquellas donde el chavismo gana los centros de estudiantes!!!
Termino recordando que la ley de universidades es una antigualla medieval que impide la formación de pequeñas instituciones privadas o públicas de tercer nivel… excelentes en una o dos carreras… que en el futuro crecerán. Eso no es democrático y es estúpido pretender pagar por escalafón un profesor Premio Nobel.
Y remato señalando la bobería de darle tanto protagonismo a los y las rectoras que son responsables del atraso a pesar de que la politiquería internacional califica algunas de nuestras universidades como “excelentes”… cuando carecen hasta de papel tualé en los baños.
Es la misma bobería del presidente Lusinchi que puso a Uslar Pietri junto con los sindicaleros y gremialistas de la educación… a elaborar un diagnóstico del sector.
El mismo, cuando finalmente lo terminaron, comenzaba con un rosario de intenciones donde se leía “la educación superior debe instruir élites al servicio de la patria… pero sin olvidar que no se debe excluir a nadie” y bla, bla, bla.
Ese papel no sirvió de nada… estaba con Dios y con el Diablo.