Jackson, un chimpancé de cinco años que vive en el Santuario de Chimpancés de Tacugama, en Sierra Leona, alarmó a sus cuidadores cuando no comió su cena. Esto ocurrió un viernes del pasado mes de enero y el día siguiente el animal estaba letárgico y tenía convulsiones.
Por Clarín
Por suerte, tras un par de semanas, Jackson está mejorando, a pesar de la diarrea persistente, pero su supervivencia no está garantizada.
Jackson tiene síndrome epizoótico neurológico y gastroentérico (ENGS), una misteriosa enfermedad que mató a 59 de los 60 chimpancés de Tacugama que lo han contraído desde 2005.
El veterinario y epidemiólogo Tony Goldberg se alarmó cuando, en 2016, se enteró de que una misteriosa infección estaba matando rápidamente a los chimpancés. “No era una enfermedad leve: los chimpancés se tambaleaban y tropezaban, vomitaban y tenían diarrea”, recuerda Goldberg de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos. “A veces se iban a la cama sanos y morían por la mañana”.
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