Australia se ha convertido en un ejemplo a seguir por el resto de países por la forma en la que ha conseguido controlar la pandemia de Covid-19. El país apenas registra casos y, cuando detecta alguno, trabaja desde el primer momento para evitar que el virus se expanda por el resto de su territorio.
Por ABC
El reciente brote vinculado a un hotel del Aeropuerto de Melbourne es un claro ejemplo. Pese a solo haber 19 casos confirmados hasta el momento, las autoridades australianas han decidido confinar desde este viernes y hasta el miércoles el estado de Victoria. Esto implica que desde este viernes por la noche no se podrá salir de casa salvo para realizar trabajos esenciales, tareas de cuidado, compras esenciales o hacer ejercicio en un radio limitado. También se suspenden las clases a partir de enseñanza secundaria y quedan prohibidas las reuniones públicas.
Pero las medidas de Australia van más allá. Este brote surge de viajeros que están haciendo la cuarentena en un hotel del país, algo que se impone a todos los turistas aunque se tenga una PCR negativa, pues las fronteras permanecen cerradas desde el estallido de la pandemia.
Y como ha ocurrido con este brote, el país ha seguido la misma línea cada vez que ha detectado casos: tomar medidas e imponer restricciones desde el principio, sin esperar a que los casos fueran en aumento. Para ello, es imprescindible también la labor de rastreo: cuando se detecta un brote los rastreados trabajan para establecer su origen y llegar a todos los contactos. Por este motivo también juegan un papel fundamental los test de detección del virus, que son gratuitos y llegan a la población de forma masiva.