La Fundación Construyen País (FCP) y el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), convocaron una reunión en la que participaron profesores universitarios y profesionales del gremio de ingenieros, arquitectos y urbanistas, para evaluar opciones destinadas a enfrentar la crisis universitaria, cuya evolución podría llevar a Venezuela a un rezago aún mayor en materia educativa, científica y tecnológica, con todo lo que ello implica.
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Se trata de una iniciativa externa de ciudadanos comprometidos con el país, que no busca interferir en la gestión interna de las universidades, sino involucrar a los egresados con los problemas que atraviesa la alma mater.
Mesa de Trabajo Universidad Activa
La reunión se hizo a través de la plataforma Zoom y en ella intervinieron el arquitecto y profesor universitario Carlos Gómez de Llarena; el presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), Enzo Betancourt; el presidente de la Fundación Construyen País, Richard Casanova; el vicepresidente de la fundación, Pedro González Marín; el profesor de las Universidades Metropolitana y Católica Andrés Bello, José María De Viana; la presidente de la Asociación de Egresados de la Universidad Simón Bolívar (AEUSB), Mineau Reyes; el profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Alejandro Santana; el profesor José Domingo Mujica; los ingenieros Manuel Sánchez “Illo” y David Morán Bohórquez; y el ex diputado a la Asamblea Nacional y también ingeniero Pedro Pablo Alcántara, entre otras personalidades ligadas al gremio.
Los participantes acordaron la constitución de la Mesa de Trabajo Universidad Activa, cuya prioridad es explorar vías mediante las cuales los egresados de las universidades y colegios profesionales, puedan contribuir a paliar de modo parcial la coyuntura, garantizar el retorno a las actividades académicas y evitar el agudizamiento de la crisis.
Como secretario ejecutivo de esta instancia fue designado el sociólogo Pedro González Marín.
Participación ciudadana
El presidente de la FCP Richard Casanova, manifestó que hay una honda preocupación en importantes sectores de la sociedad por lo que está sucediendo con la educación superior, advirtiendo que “las consecuencias que puede traer para el país son gravísimas. Podemos quedar en un atraso de cuatro siglos por la velocidad del desarrollo tecnológico y eso es un riesgo terrible para el país. Por ello consideramos necesario que egresados y gremios profesionales busquemos vías para intentar detener la crisis que atraviesan las universidades públicas”.
El presidente del CIV, Enzo Betancourt, asumió el compromiso de contactar a los presidentes de otros colegios profesionales y federaciones de profesores, para hacer el planteamiento y comenzar a catalizar propuestas acerca de cómo afrontar los retos futuros de recuperación de las universidades y su financiamiento, porque aseguró, los agremiados tienen mucho que aportar. “Hay que poner el granito de arena. Es nuestro deber como egresados”, dijo.
Por su parte, Carlos Gómez de Llarena, premio nacional de Arquitectura 1976 y docente universitario, destacó que esta es la primera vez que egresados de las casas de estudio se organizan para ayudarlas. Para él, el rol de los colegios profesionales es fundamental porque son el eslabón de unión de la Universidad con el trabajo profesional. “Estamos obligados porque nos formamos como profesionales en ellas. Es hora de que devolvamos y protejamos a nuestra alma máter”.
El ingeniero Manuel Sánchez “Illo” hizo la observación de que las fórmulas de recuperación de la universidad no pueden depender exclusivamente de los fondos públicos, porque Venezuela es hoy un Estado quebrado; y sobre este particular propuso “diseñar un esquema que defina que lo público y lo privado ayuden a financiar la Educación Superior”.
Para José María De Viana, ex presidente de Hidrocapital y profesor universitario, se hace menester involucrar a los egresados en la recuperación de las universidades, especialmente a quienes habiéndose beneficiado de ellas forman parte de la diáspora y hoy están en condiciones de aportar, por ser el primer universo de venezolanos con capacidad de movilizarse en esta dirección. “La mayor fortaleza de la alma mater son sus hijos y las universidades públicas, que no deben esperar mayor cosa del Estado que está quebrado y además no tiene intención de ayudar, deben dirigirse a sus hijos y decirles que su madre necesita hoy de todos ellos”.
El ingeniero David Morán Bohórquez intervino para celebrar que “se esté aceptando que estamos en una transición educativa” y que ante el reconocimiento de la imposibilidad del Estado de seguir financiando la educación superior, se estén dando pasos “para abordar la emergencia educativa y tratar de ir a un sistema de excelencia en el mediano y largo plazo”.
El catedrático José Domingo Mujica, insistió en el hecho de que hoy “es imposible concebir el funcionamiento de la universidad sin cubrir el elemento básico que es la planta profesoral. Desaparecieron los sueldos de las universidades públicas. $15 o $20 al mes no garantiza la vida mínima del personal docente y de investigación de las universidades”.
Experiencia de la USB
La presidente de la AEUSB, Mineau Reyes, compartió la propuesta de que las universidades públicas migren hacia otros modelos de gestión, a través de los cuales sus egresados pueden participar. En el caso de la Simón Bolívar, la asociación de egresados no entrega recursos a la universidad, pero sí ejecuta proyectos, apoya programas y adelanta dotaciones.
Reyes informó que de 47 mil egresados de la USB, por lo menos 30 mil viven y ejercen fuera del país. “Estamos hablando de más del 60% de los egresados. Este número es muy importante y redimensiona el tema de cómo manejar la ayuda de egresados hacia la universidad”.
La situación de la USB a nivel profesoral es tan compleja, que para evitar la paralización de actividades, la AEUSB ha incorporado a egresados para dictar clases a distancia, proceso acelerado por la pandemia de Covid-19. La arquitecto de profesión entiende que se trata de un plan de emergencia para enfrentar la coyuntura, pero puntualizó que “el apoyo de los egresados de la diáspora dictando clases a distancia se ha convertido en un recurso importante”.
La Mesa de Trabajo Universidad Activa, acordó definir una agenda para convocar a personalidades de todos los sectores del país; y se comprometió a presentar un Documento Síntesis con el diagnóstico de la situación y los objetivos de corto plazo a cumplir, siendo prioridad la mejora de los menguados ingresos de los profesores, sin menoscabo del resto de planteamientos hechos para el conjunto de la institución universitaria.
Vía nota de prensa. Fundación Construyen País | CNP 7.614