Religión se forma con el prefijo “re” que indica intensidad, y el verbo latino “ligare” el cual se podría traducir como vincular, unir, atar. Y así, este vocablo significaría “poseer una relación y crear un vínculo con una persona o institución”. Es decir, re-ligare supone un compromiso consciente, firme, estable, duradero, responsable, que implica derechos y obligaciones. En consecuencia, religiosidad entendida como derivada de re-ligare, tiene aplicación a las relaciones que entabla el hombre con su Dios, con las sociedades, con las personas, con familiares, con amigos, trabajo, política, etc…
Por infobae.com
Pero en la actualidad estos vínculos ya no son tan fuertes como lo fueron en otras épocas. Hoy los compromisos suelen tener cimientos endebles, que se tambalean ante las primeras dificultades; es muy común que el compromiso se acepte sin un claro propósito de estabilidad y casi siempre nos fijamos más en los derechos que implican esos compromisos que en las obligaciones que derivan de ese acto libre de comprometerse, y cuando rompemos el vínculo, no aceptamos las consecuencias de esa ruptura.
Durante la celebración de la misa oficiada a la muerte de san Juan Pablo II, el cardenal Josep Ratzinger el 18 de abril del 2005 nos advertía que: “Se va constituyendo una dictadura del relativismo, que no reconoce nada como definitivo y deja sólo una medida última al propio yo y sus apetencias”; es decir, la conciencia se eleva a la condición de juez máximo del comportamiento individual. Con esas palabras daba pie a la cultura del “relativismo”.
La religión fue creadora en nuestra sociedad occidental. Casi todo lo que sabemos y las obras de arte que poseemos se la debemos a la religión. Ignorar lo que se ve, es no ver lo que nuestros sentidos perciben y el hombre, en la actualidad, posee en su mente un terrible campo de batalla porque el sentido de la vista le hace ver, por ejemplo, la catedral de Notre Dame de París; pero su pensamiento racional le dice que eso que ve es sólo un ilusión relativa que no posee injerencia alguna en su existir ni relevancia en la historia de su país. Terrible dualismo mental. Sobre todo en algunos estados donde la laicidad se transforma en laicismo y este se convierte casi una re-ligión la cual exige que se debe prohibir cualquier manifestación religiosa externa, en base a la laicidad, pero transformado en laicismo. Es decir que se debe negar la injerencia de la religión en la construcción de un país y hasta se prohíbe siquiera hablar de ciertos personajes históricos que refieren a alguna religión o fundadores de esta porque puede llegar a ofender a algún colectivo, como se definen hoy día a los grupos de pertenencia.
Bibliotecas, estudios científicos, obras de arte, matemáticas, universidades etc… se lo debemos a la religión y si dudan, con solo buscar un poco, se podrán dar cuenta que son más los aportes positivos que las religiones han realizado al mundo que los negativos. Pero lo negativo vende más. Es más “vendible” la Inquisición española, que luego se extendió por toda Europa; y que algunos miembros de su clero fueron abiertamente colaboracionistas en las peores y más sangrientas dictaduras genocidas que se recuerde, que admitir que fue la Iglesia Católica y las Iglesias de la Reforma las que crearon las universidades y todos sus estudios, promovieron las obras de arte más excelsas de occidente y que también poseen los centros de ayuda más grandes como ser hospitales, asilos, escuelas, entre otros.
El pensamiento del papa Ratzinger sobre el relativismo religioso se podría expresar en el axioma “todas la religiones son iguales” y no lo son. Cada uno debe saber muy bien el catecismo de la fe que profesa y desde allí entablar el diálogo con los otros credos. El diálogo con el otro solo se puede entablar desde un conocimiento de lo que es propio y conocer los fundamentos de esa fe que practica. Y este concepto es aplicable a muchos espacios de la vida, como por ejemplo: la política.
En el mundo hay, aproximadamente; 4.200 religiones vivas e infinitas extintas. Esto equivaldría a pensar que hay 4.199 falsas; porque cada una reclama para sí que es la única y verdadera. Pero, ¿cómo clasificamos a estas religiones? Comúnmente en tres grandes bloques: teístas, no teístas y panteístas. Dentro de las religiones teístas existen, a su vez, diferentes tipos: monoteístas, politeístas y dualistas. Las religiones monoteístas, como el cristianismo, el judaísmo y el islam, se basan en la existencia de un único Dios omnipresente, universal y todopoderoso. Las religiones no teístas no reconocen, o no aceptan, la existencia de dioses omnipresentes o universales. Dos buenos ejemplos son el budismo y el taoísmo que, si bien reconocen algunas deidades, no están basadas en la existencia de dioses todopoderosos y, por el contrario, les otorgan roles y manifestaciones muy específicas relacionadas a fenómenos naturales o “estados mentales”. El panteísmo es un sistema de creencias que afirma que “todo es Dios y Dios está en todo”, es decir que la existencia, el universo y dios son la misma cosa.
Otros criterios de clasificación de religiones son por revelación —religiones reveladas o no reveladas— o por origen. La clasificación de religiones por origen reconoce al menos seis familias de religiones entre las que se encuentran, por ejemplo, la familia de religiones abrahámicas, la familia de religiones dhármicas y la familia de religiones neopaganas.
Ahora echemos un vistazo a los países y las religiones más practicadas: el shintoismo 2,8 millones de personas; el jainismo 4,5 millones; confucianismo 6,4 millones; Bahaismo, 7,5 millones; judaísmo 15 millones; sijismo 25 millones; budismo 375 millones; religiones étnicas 440 millones; hinduismo 851 millones; islamismo 1300 millones y cristianismo 2100 millones.
De todas las religiones que mencionamos 1200 millones de personas son ateas, pero también se podría calificar al ateísmo como una religión, en el estricto sentido de la definición dado que muchos de sus fieles a esta concepción a-teológica son fervientes militantes que desean denostar con énfasis que Dios no existe y para nuestra sorpresa Uruguay es el país con mayor número de ateos en todo el hemisferio occidental y se coloca entre las primeras veinte naciones menos religiosas del mundo. Según un estudio de enero del 2017 llevado a cabo por el periódico en línea The Huffington Post la proporción de uruguayos sin religión varía del 29 % al 53 %, aunque la media aprobada fue 47 % y de estos la mitad eran ateos (23,5 %) y el resto en su mayoría agnósticos, según una encuesta de Gallup en 2006 el 64 % de los uruguayos no consideran la religión como parte importante de sus vidas, luego le sigue Suecia como uno de los países más ateos del mundo: del 37 % a 49 % de los suecos no creen en Dios.
Las creencias más antiguas
Hinduismo: basadas la creencia en los Vedas, cuatro textos recopilados entre los siglos XV y V a. C. en el subcontinente indio y que son y las escrituras más antiguas de la religión.
El Zoroastrismo: esta antigua religión indoiraní se remonta al segundo milenio antes de Cristo, y surgió en su versión actual de las enseñanzas del profeta reformador Zoroastro (Zarathustra), que según los historiadores vivió en algún momento entre los siglos X y VI a. C. Como dato podemos decir que “los reyes magos” eran zoroastristas, ya que la Biblia los ubica en esa región del planeta.
Judaísmo: Es la base de todas las demás religiones abrahámicas, y el monoteísmo más antiguo que todavía existe. Se originó en los reinos de Israel y Judá, la religión adoptó su forma actual en el siglo VI a. C.
Confucianismo: igual que sucede con el budismo todo se debe a un hombre, en este caso, el político, maestro y filósofo chino Confucio (551-479 a. C.). Él mismo sostuvo que formaba parte de una tradición académica que se remontaba a una edad de oro anterior.
Budismo: comienza con un hombre, Siddhartha Gautama, más tarde llamado Buda. Buda nació entre los siglos VI y V a. C. en las regiones más septentrionales del subcontinente indio y luego de obtener la iluminación, creó una orden de anacoretas. A su muerte, su enseñanza comenzó a expandirse por medio de misioneros.
Taoísmo: el Tao, comienza con una obra atribuida al mítico Laozi (supuestamente contemporáneo de Confucio), el Tao Te Ching, cuya edición más antigua registrada data del siglo IV a. C. La religión evolucionó a partir de una rama de la religión popular china tradicional, y menciona a maestros y enseñanzas muy anteriores al Tao Te Ching.
Luego de todo este melange de religiones, dioses, divinidades, y demás misceláneas, no crean que todas las religiones son monolíticas y forman un solo corpus. Casi todas están subdivididas en varias variantes de la misma adoración a la misma divinidad. Veamos las más cercanas a nuestra realidad cultural.
El Judaísmo posee tres grandes grupos étnicos:
Los asquenazíes, cuya lengua típica es el yidis y habitaron principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania y Rusia.
Los sefardíes, cuya lengua típica es el ladino; y habitaron la península ibérica, y regiones de Italia, Grecia, Turquía, Balcanes, Marruecos y Francia
Los mizrajim, la lengua es el árabe y habitaban, principalmente, en los países del Medio Oriente, Yemen, Irak, Persia o Palestina.
Pero el judaísmo, como casi todas; no es una religión monolítica donde todos piensan de su teología lo mismo. Hay judíos reformistas, ortodoxos, conservadores, seculares y masortíes. Estas ramas principales del judaísmo se vinculan a través de la tradición rabínica de la Edad Media y del Talmud, aunque la importancia que prestan a dicha tradición varía de uno a otro. Estos grupos provienen del tronco común de los fariseos, quienes al principio de la era cristiana representaban la tendencia más numerosa en el seno del judaísmo.
El Cristianismo tampoco es monolítico, posee diversas interpretaciones del mensaje de Jesús. Sería un error pensar que en los primeros años del cristianos era un todo unificado, también existían corrientes diversas. Hoy en día, podemos citar a estas vertientes cristianas:
La Católica: formada por la Iglesia católica la cual posee dos ramas, la occidental y la oriental. De las ramas del cristianismo existentes, esta es la que cuenta con más adeptos, con 1214 millones de fieles.
Ortodoxos: consiste en la separación de algunas Iglesias orientales de Iglesia católica de occidente en el siglo XI. Constituye una comunidad de Iglesias independientes nacionales, cada una gobernada por su propio obispo. Esta ruptura será conocida como “el sisma de Oriente”.
Protestantismo: nace en el siglo XVI cuando Martín Lutero, considerado hoy como padre del protestantismo, se desmarcó de la iglesia católica en 1517 al exponer en Wittenberg sus 95 tesis en la cual disentía teológicamente de la postura papal sobre las indulgencias entre otros temas. Si bien es cierto que antes que él hubieron otros que intentaron reformar la Iglesia católica, se toma como base de partida este hecho y a Martin Lutero como el iniciador de la reforma. De esta rama surgen infinidad de movimientos independientes.
Anglicanismo: fundada por el rey Enrique VIII al separase de Roma y crear una Iglesia nacional por no obtener la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón. Se practica en Inglaterra y algunos lugares de Estados Unidos, en la cual toma el nombre de “Iglesia Episcopal” Es una fraternidad amplia de 40 provincias autónomas de dependencia mutua que se define como la fe, práctica y espíritu de las iglesias miembro de la conocida “Comunión anglicana” que son las iglesias que se encuentran en comunión con el arzobispo de Canterbury.
En el Islamismo, al igual que las otras dos religiones abrahámicas, el judaísmo y le cristianismo existen distintas visiones sobre el mensaje del Profeta Mohamed.
Sunismo: más del 70 % de la población islámica mundial es suní. En la mayoría de los países islámicos, excepto Irán, Iraq, Azerbaiyán, Yemen y algunos del golfo Pérsico, son mayoría.
Chiismo: el chiismo es profesado por alrededor de entre el 15% y el 25% de los 1900 millones de musulmanes existentes en el mundo.
Sufismo: es la rama mística y ascética del islamismo. Los sufíes siguen a un maestro espiritual y buscan el contacto directo y personal con Dios, que suele caracterizarse por intensas experiencias extáticas, como estados de trance por ejemplo, los giros de los derviches danzantes.
Para los occidentales, oriente siempre fue un mundo lleno de espiritualidad atrayente, extraño y fascinante. Durante la década del ´60, muchos occidentales hartos del consumismo buscaron un mundo espiritual lejos de las religiones abrahámicas y miraron al hinduismo y al budismo.
El budismo, como leímos el comienzo de la nota, es tanto una religión como una doctrina filosófica y espiritual no teísta, es decir, que no plantea la existencia de una divinidad extra corpórea la cual también posee sus escuelas y sus visiones del mensaje de Siddhartha. Las principales son:
Therevada: La “doctrina de los ancianos” es la vertiente más conservadora respecto al dharma (doctrina) y vinaya (disciplina monástica). Se desarrolló tempranamente en Sri Lanka y luego se expandió al resto de Asia.
Mahayana: Practicado en China, Japón, Tibet, Corea, Vietnam y Taiwán, se iniciaron en el siglo I d. C. y comprende las enseñanzas de Buda más como un método que como una doctrina.
Vajrayana: Nacido del Mahayana, se diferencia de éste en la adopción de “métodos hábiles” o upaya, como los mantras, los tantras, mandalas y otras formas de visualización.
Una joven de Bangladesh vestida como el dios hindú Señor Krishna AFP 162
El hinduismo, por su parte posee tres vertientes más importantes:
Vaisnavismo: tiene como Dios supremo a Visnú o uno de sus avatares, entre los cuales, Krishna o R?ma. Entre los textos sagrados de los visnuistas destacan los Vedas, los Upanishad, el Bhagavad Gita o el Bhagavata Purana.
Shivaísmo: es una rama del hinduismo que venera a Shivá como Dios supremo. Sus adherentes son denominados shivaístas (en sánscrito ?aiva). Los Vedas y los Agamas son las fuentes sagradas más importantes del shivaísmo. Shiva, el dios creador y destructor de los mundos, es mencionado en los Vedas bajo otros nombres como Rudra o Maheshwaram.
Como hemos visto hay divinidades para todas las teologías y para cada uno que practican alguno de estos cultos, su versión de la divinidad es la verdadera y absoluta revelada a sus maestros o guías. Lo importante de las religiones es lo que aportan a la humanidad. Lamentablemente casi todas poseen su lado oscuro de muertes, persecuciones, intolerancias y demás cuestiones, pero no son las religiones las que portan un mensaje de maldad, sino algunos que practican alguna de estos cultos que desvían los mensajes otorgados por sus maestros de fe, o depositados en sus libros sagrados para su camuflar su maldad y justificar sus actos perversos protegiéndose en alguna libre interpretación sobre su fe.
La búsqueda de una respuesta a la existencia humana o poder alcanzar y entender algo de la divinidad creadora; eso es lo importante, pero si buscamos una congregación solo compuesta por ángeles nunca la encontraremos en este mundo y nuestra búsqueda será vana.
Busquemos, investiguemos, leamos cual es la teología y el catecismo de la fe que practicamos muchas veces de forma automática. Porque para buscar otro camino, primero se debe conocer bien por donde vamos y una vez que hayamos estudiado nuestra fe y comprendamos que su mensaje no nos interpela ni nos representa; entonces exploremos otras rutas por la cual nuestro andar sea más tranquilo y que satisfaga a nuestros pensamientos y nuestro espíritu.