Investigadores y autoridades están preocupados por la nueva variante del COVID-19 detectada en Nueva York y en otras ciudades del noreste de Estados Unidos. La razón es que la alteración ayuda a evadir la repuesta inmune natural del organismo, además de que la mutación podría reducir la efectividad de las vacunas.
La nueva variante apareció por primera vez en Nueva York a finales de noviembre, según investigadores del Instituto de Tecnología de California, uno de dos equipos que difundió informes sobre su trabajo esta semana.
“Observamos un aumento constante en la tasa de detección desde finales de diciembre hasta mediados de febrero, con un aumento alarmante de 12.7% en las últimas dos semanas”, dijo a CNN un equipo del Centro Médico de la Universidad de Columbia.
Unas resultan más preocupantes que otras debido a que algunas modificaciones genéticas pudieran ayudar a que el virus se propague con mayor facilidad, lo que lo vuelve más letal, sin embargo, aún se desconoce que tan peligrosa pudiera ser esta nueva cepa.
François Balloux, director del Instituto de Genética del University College de Londres dijo que la mayoría no son de mayor preocupación, pero añadió que es importante “identificarlos pronto, etiquetarlos y plantear inquietudes”.
¿Pero qué es lo que se sabe hasta el momento? A continuación, se detalla los hallazgos de dos grupos de científicos que han seguido de cerca el comportamiento de la nueva variante.
¿Qué encontraron en Nueva York?
Dos grupos de investigación, el de Caltech y el de la Universidad de Columbia en Nueva York, difundieron sus estudios esta semana sobre los hallazgos de la nueva variante. Ninguno de los informes ha sido publicado ni revisado por otros científicos.
Los investigadores de Caltech descubrieron que la nueva variante estaba en aproximadamente 25% de las 1,200 secuencias del virus que analizaron este mes.
La variante también ha sido identificada en Nueva Jersey y Connecticut, con “apariciones aisladas en el resto del país”, dijo Anthony West, coautor del informe.
Los científicos de la Universidad de Columbia analizaron unas 1,200 muestras de pacientes atendidos en el centro médico de la universidad desde noviembre. La nueva variante fue hallada en el 12% de las muestras, según el reporte.
También descubrieron que hay más posibilidades de que los pacientes infectados con esta mutación sean personas de edad avanzada y hayan sido hospitalizados.
Ambos equipos notaron que la nueva variante tiene una mutación que potencialmente podría reducir la efectividad de las vacunas, una mutación que se ha visto en otras variantes.
La variante identificada en Reino Unido a finales del año pasado ya se ha encontrado en 45 estados del país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Esta variante cuenta con casi dos decenas de mutaciones. Algunas de ellas se encuentran en la proteína de espiga que utiliza el virus para adherirse a las células e infectarlas y en la que se enfocan las vacunas y fármacos de anticuerpos.
Una de las mutaciones en la proteína de espiga también se ha identificado en las variantes descubiertas en Brasil y Sudáfrica y ahora en la de Nueva York.
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