Janet Witt, una mujer de 72 años que trabajó dos décadas cómo gerente de la tienda de una granja de miel en New Quay (Gales, Reino Unido), ganó recientemente una demanda que presentó contra su jefe por llamarla “anciana” en medio de una discusión, informa The Mirror.
Cuando la mujer descubrió que su jefe, Sam Cooper, de 45 años, le pagaba una libra esterlina menos por hora que al hombre que dirigía la tienda de té adjunta, lo acusó de tratarla injustamente y ambos se enzarzaron en una discusión.
Cuando la mujer le expresó su queja, Cooper empezó a gritarle, la llamó “anciana” y aseguró que estaba “arraigada en sus costumbres”. El hombre perdió los estribos y acusó a la trabajadora de comportarse “como una niña”, al tiempo que le reprochó su atrevimiento para hacerle estos reclamos., por lo que —dijo— debería sentir “vergüenza”. La mujer tomó sus cosas y se fue, mientras Cooper comenzó a seguirla camino a su auto, gritando, maldiciendo y haciéndole gestos ofensivos con las manos.
Witt lo demandó por discriminación de edad, victimización y despido injusto. El tribunal que atendió el caso dictaminó que ser llamada “anciana” equivale a discriminación por edad, aunque desestimó un reclamo adicional con respecto a la igualdad de salario. El acusado deberá pagar 16.943 libras (unos 23.500 dólares), que incluyen 6.000 libras por “daño emocional”.