Casi 600 gatos y perros yacen en un cementerio de la costa occidental del Mar Rojo, en Egipto. Son tumbas de hace 2.000 años y los animales fueron enterrados junto con collares o adornos en el antiguo puerto romano de Berenice, conocido actualmente como Medinet-el Haras.
Por Clarín
Los arqueólogos tienen bastante asumido que este lugar, descubierto hace 10 años y que no se había estudiado en profundidad hasta ahora, es la necrópolis para mascotas más antigua conocida, donde se sepultaron animales de compañía tan apreciados que se puede dar por hecho que eran un miembro más de la familia con la que vivían.
El campo santo apareció en unas dunas fuera de las murallas de la ciudad. Los investigadores de la Academia de Ciencias de Polonia lo encontraron debajo de un basurero romano y creen que el cementerio fue usado especialmente entre mediados del siglo I hasta mediados del II después de Cristo, cuando Berenice era un bullicioso centro que comerciaba con marfil, telas y otros artículos de lujo procedentes de India, Arabia y Europa.
En 2017, el equipo dirigido por Marta Osypinska ya había desenterrado los restos de unos 100 animales, la mayoría de los cuales eran gatos. Pese a que las evidencias mostraban que habían sido cuidados como mascotas, algunos arqueólogos plantearon la posibilidad de que los huesos hubieran sido desechados como basura.
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