Un empresario cercano a Delcy Eloína compartió sede en España con la aerolínea “Plus Ultra”

Un empresario cercano a Delcy Eloína compartió sede en España con la aerolínea “Plus Ultra”

Los vínculos entre Venezuela y la aerolínea Plus Ultra rescatada esta semana por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) con 53 millones de euros están cada vez más claros. Vozpópuli adelantó este miércoles que casi la mitad de las acciones de la aerolínea rescatada por el organismo adscrito al Ministerio de Hacienda están en manos de tres venezolanos relacionados con el chavismo. Se trata de Rodolfo Reyes Rojas, Raif El Arigie Harbie y Roberto Roselli Mieles.

Por JOAQUÍN HERNÁNDEZ / BEATRIZ TRIGUERO / vozpopuli.com

Los propietarios y los directivos de la compañía nunca han escondido sus buenas relaciones con el Gobierno venezolano. Durante un discurso en 2018, el actual presidente de la aerolínea, el español Fernando García Manso, daba las “gracias” públicamente a Nicolás Maduro tras la inauguración de la ruta directa entre Madrid y Caracas. “Sin su ayuda hubiese sido casi imposible realizar el proyecto”, aseguró entonces.

Pero el vínculo más claro entre el régimen de Nicolás Maduro y Plus Ultra se personifica en el magnate Camilo Ibrahim Issa, un empresario venezolano-libanés, próximo a la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, que no figura en el consejo de administración de la compañía aérea o de la sociedad a través de la que Reyes Rojas, El Arigie Harbie y Roselli Mieles participan en ella, llamada Snip Aviation.

brahim es un súperempresario inmobiliario y comercial en Venezuela. Este periódico ha podido comprobar que está relacionado con los tres accionistas de Plus Ultra en al menos dos sociedades registradas en España que, de hecho, tienen el domicilio social en el mismo edificio en el que Plus Ultra tuvo su sede durante varios años, desde diciembre de 2011: en la calle Torregalindo 1 de Madrid. La aerolínea cambió de domicilio social hace sólo un año, en marzo de 2020.

Sociedades dedicadas a exportar café

Las dos sociedades mencionadas están dedicadas a la exportación de café; y en ambas figuran como consejeros Ibrahim, Reyes Rojas, El Arigie Harbie y Roselli Mieles. La primera se denomina La Compañía de Bocono y Biscucuy S.L., registrada el noviembre de 2018, unos meses después de que Plus Ultra comenzara a operar la ruta entre Madrid, Tenerife y Caracas.

De esta forma, Plus Ultra compartió su sede social con esta empresa durante alrededor de un año y medio, entre noviembre de 2018 y marzo de 2020, cuando Plus Ultra se ‘mudó’ a Alcobendas, según consta en el registro mercantil.

El objeto social de esta sociedad es “la distribución, exportación e importación al por menor y al por mayor de todo tipo de alimentos y especialmente de café en grano, molido, trillado o en cualquier otra forma, así como la realización de estudios de mercados anteriores a la distribución”, según ha podido comprobar este medio a través de la herramienta Insight View.

En las últimas cuentas publicadas, relativas al año 2019, la compañía sólo cuenta con un empleado y no registra ningún ingreso. El resultado del ejercicio fue negativo en 28.511 euros. La segunda sociedad, Alimentos Los Páramos S.L., fue creada hace menos de tres meses, a finales de diciembre de 2020, y tiene el mismo objeto social.

La conexión chavista

Fuentes conocedoras cercanas a empresarios venezolanos y funcionarios del área de contrataciones públicas del Gobierno de Maduro dan cuenta de una especial relación de cercanía entre Camilo Ibrahim y la vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, como así también con su hermano, Jorge (presidente actual de la Asamblea Nacional Venezolana). Ibrahim habría mantenido encuentros, incluso, con el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, detalló El Mundo. Según este periódico, Ibrahim sería accionista de Plus Ultra.

Las mismas fuentes han apuntado también a una relación de afinidad entre Ibrahim y la mujer de Maduro, Cilia Flores, parlamentaria de la Asamblea Nacional Venezolana y abogada con especial ascendencia sobre la Justicia venezolana y, en concreto, sobre el Fiscal General del Estado Tarek William Saab, apuntan distintas fuentes conocedoras.

En agosto de 2017, Luisa Ortega Díaz, la fiscal general destituida por Nicolás Maduro, vinculó a Reyes a la trama del negocio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) (de reparto de alimentos) de los colombianos Alex Nain Saab y Álvaro Pulido Vargas.

“La trama del negocio de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción” sería una de presunto desvío de dinero con cargo a proyectos de vivienda social con materiales procedentes de Colombia y Ecuador en la que el colombiano-libanés Saab habría sido testaferro de Maduro, según el Gobierno estadounidense.

Saab, nacido en Barranquilla y de origen libanés, está relacionado con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de suministrar con sobreprecios al régimen de Maduro alimentos y víveres para los gubernamentales Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

Por este asunto, Reyes e Ibrahim llegaron a ser citados a declarar en 2018 por la comisión de contraloría de la opositora Asamblea Nacional Venezolana, según informó el diputado Freddy Superlano. Los empresarios han negado cualquier vinculación con la trama antes citada. Plus Ultra no ha contestado a Vozpópuli, ni antes ni después de publicar las distintas informaciones que ha venido publicando.

Dudan de su carácter estratégico

El rescate de esta aerolínea a través del fondo de la SEPI, justificándolo en su “carácter estratégico” para el tejido productivo de España, también ha despertado estupor en el sector, tal y como adelantó Vozpópuli. Las fuentes consultadas por este periódico dudan de su carácter estratégico “desde cualquier punto de vista” y creen que hay otras aerolíneas “pasándolo mal” con un peso más importante en el mercado aéreo.

La Orden publicada en el BOE el pasado 24 de julio en la que se detalla el funcionamiento del fondo de la SEPI indica que la empresa que pretenda optar a esa ayuda pública debe “justificar que un cese forzoso de actividad tendría un elevado impacto negativo sobre la actividad económica o el empleo, a nivel nacional o regional”.

Como el cierre de cualquier empresa, la desaparición de Plus Ultra afectaría al empleo, en este caso a una plantilla de menos de 300 personas, de acuerdo a las cuentas de 2019 de la aerolínea. Siendo una mala noticia, como suelen serlo todos los cierres de empresas, el cese de actividad de Plus Ultra no tendría un elevado impacto negativo sobre la economía nacional o regional.

Además, la sociedad a través de la cual opera la aerolínea, Plus Ultra Líneas Aéreas S.A., acumula pérdidas desde su nacimiento en 2011, según las cuentas depositadas en el registro mercantil. En el último ejercicio previo a la pandemia, el de 2019, la aerolínea facturó 63,5 millones de euros pero registró un resultado negativo de 2,11 millones.

Las fuentes del sector consultadas por este periódico también recuerdan que hay otras compañías que cubren las mismas rutas que Plus Ultra, por lo que “su desaparición no supondría un problema” en términos de conectividad. La aerolínea operó 823 vuelos en los aeropuertos españoles en 2019, lo que apenas representa el 0,03% del total de vuelos contabilizados en la red de Aena.

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