El caso de George Floyd es excepcional: el video escalofriante de su muerte despertó conciencias y movilizó la opinión pública de Estados Unidos ante la violencia policial contra los negros, que ahora esperan obtener justicia en el proceso que comienza el lunes contra el expolicía blanco Derek Chauvin.
“Este es el juicio más grande que Minesota ha visto jamás”, dijo a Efe Mary Moriarty, quien entre 2014 y 2019 fue la jefa de los abogados de oficio del condado de Hennepin, que incluye a la ciudad de Mineápolis, escenario de este esperado juicio.
Chauvin está acusado de tres cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
LA DIFICULTAD DE ENJUICIAR A UN POLICÍA BLANCO
“Es la primera vez que un policía blanco es acusado del delito de asesinato por la muerte de un afroamericano en Mineápolis y en Minesota”, aseguró Moriarty.
En la historia reciente del estado, solo cuatro agentes han sido imputados por matar a un civil mientras estaban de servicio, pero esta es la primera vez que un policía blanco es juzgado por el presunto asesinato de un hombre negro, un tema que ha movilizado a esa comunidad en el país norteamericano.
Enjuiciar a un agente blanco en EE.UU. es extremadamente complicado por un sinfín de razones, como el poder de los sindicatos de policía que protegen a los suyos y un sistema judicial que discrimina a los miembros de las minorías raciales.
Los datos de un análisis del grupo Mapping Police Violence, que recopila información sobre la violencia policial, muestran que el año pasado 1.127 personas murieron tras interactuar con las fuerzas de seguridad y, de todos esos casos, solo 16 (un 1%) desembocaron en la imputación de agentes.
Otro estudio de la universidad de Bowling Green en Ohio revela que, entre 2005 y 2019, 104 policías fueron arrestados por haber matado a alguien y, de ellos, solo 4 fueron condenados por asesinato y 31 recibieron penas menores por cargos que van desde el homicidio a la mala conducta.
Uno de los casos que más recuerdan los estadounidenses es el de Walter Scott, un hombre negro que murió en 2015 después de que un policía blanco le disparara ocho veces por la espalda. El agente fue imputado por asesinato, pero no condenado por ese delito porque el jurado fue incapaz de alcanzar un veredicto.
Al final, ese policía fue castigado con 20 años de cárcel por haber violado los derechos civiles de Scott, explicó a Efe la profesora de Derecho Josephine Ross de la universidad de Howard en Washington.
UN VIDEO QUE CAMBIÓ LA OPINIÓN PÚBLICA
“A diferencia de otros casos, el caso de Floyd fue grabado en un video que duró ocho minutos y no una fracción de segundo, como otras veces. Era realmente duro ver el video y cambió la opinión pública, incluyendo la opinión de la población blanca, que estaba horrorizada. Y políticamente eso hacía más probable que este caso acabara en juicio y en cargos contra el policía”, manifestó Ross.
Chauvin fue grabado por cámaras de seguridad y móviles de transeúntes mientras presionaba con su rodilla durante 8 minutos y 46 segundos el cuello de Floyd, quien esposado y tendido en el suelo llamó a su madre y repitió: “¡No puedo respirar!”.
La participación masiva de la población blanca en las protestas “legitimó” lo que la comunidad afroamericana ya sabe y ha sufrido en sus propias carnes durante décadas, opinó en declaraciones a Efe el filósofo Yancy George, profesor en la universidad Emory de Atlanta.
Para la comunidad negra en Estados Unidos, el “no puedo respirar” de Floyd, que ya gritó Eric Garner en Nueva York en 2014, abarca una gran cantidad de experiencias y sentimientos.
“Es una expresión que habla del hecho de que el Estados Unidos blanco tiene su rodilla en nuestros cuellos. Se ha convertido en un símbolo de cómo se considera que nuestras vidas no tienen valor y cómo nuestra capacidad de respirar está en peligro desde 1619”, cuando los primeros esclavos llegaron a EE.UU., afirmó George.
La protestas por la muerte de Floyd, las más numerosas desde el asesinato de Martin Luther King Jr., ya han cambiado a EE.UU. y la cuestión ahora es ver qué rumbo toma el país, algo que podría decidir el juicio que empieza este lunes, dijo a Efe el profesor de estudios afroamericanos de la universidad de Villanova, Vincent Lloyd.
Si Chauvin es condenado por asesinato, apuntó Lloyd, será una “señal” de que los tiempos están cambiando, de que la policía no puede actuar con impunidad y de que la comunidad afroamericana puede por fin comenzar a curar sus heridas.
EFE