Una disputa por el control del narcotráfico entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y tres grupos armados ilegales es el origen de los combates en Venezuela y del desplazamiento de miles de personas hacia Colombia, dijo el domingo el ministro de Defensa, Diego Molano.
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El desplazamiento masivo comenzó hace una semana, después de que efectivos militares venezolanos lanzaron por aire y tierra una ofensiva contra grupos armados ilegales en el municipio de La Victoria, ubicado en el estado Apure.
“Lo que está claro y se evidencia es que allá hay una disputa entre cuatro organizaciones por el mismo negocio criminal”, dijo a Reuters el ministro colombiano de Defensa al anunciar un aumento de los efectivos de las Fuerzas Militares y de las operaciones de seguridad en la zona de frontera.
“Está el ELN, están las disidencias de las FARC, está la Narcotalia y por supuesto el interés que tienen las Fuerzas Militares Bolivarianas con respecto a ese negocio del narcotráfico”, agregó Molano durante una visita a esta ciudad fronteriza con Venezuela.
El ministro afirmó que el régimen de Maduro ordena de forma cómplice combates selectivos contra algunas organizaciones de narcotráfico y no contra todas.
Colombia firmó en 2016 un acuerdo de paz para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos y que permitió la entrega de armas y la desmovilización de unos 13.000 integrantes de la otrora guerrilla de las FARC.
Sin embargo, algunos frentes de las FARC rechazaron el acuerdo de paz, decidieron continuar alzados en armas dedicados a la producción y el tráfico de cocaína, además de la minería ilegal, según el Gobierno colombiano y fuentes de seguridad.
Una de las disidencias de las FARC, dirigida por Iván Márquez, es llamada “La Narcotalia” por el Gobierno de Colombia que acusa a Nicolás Maduro de protegerla en territorio de la nación petrolera, aunque el mandatario socialista lo niega.
Maduro dijo el domingo que Venezuela es víctima de los grupos armados irregulares y delincuenciales de Colombia como parte de una estrategia del Gobierno de Iván Duque y de Estados Unidos para llevar la guerra a su país.
“Estamos enfrentando unos delincuentes sanguinarios, narcotraficantes, asesinos, que vinieron a aplicarle a la parte del territorio venezolano las fórmulas que ellos aplican en conchupancia (alianza) con el Gobierno de Iván Duque contra el pueblo de Colombia: control territorial, control poblacional, terrorismo, armado, narcotráfico, contrabando”, aseguró.
CASOS POSITIVOS DE COVID-19 EN ALBERGUES
Las autoridades sanitarias detectaron los primeros cuatro casos positivos de COVID-19 en tres de los albergues en donde permanecen unos 5.000 refugiados venezolanos que huyeron de las operaciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana contra grupos armados ilegales.
“Ya empezamos a vivir una nueva crisis que sabíamos que podía acontecer, está empezando a aparecer esta crisis sanitaria con los casos COVID que esperamos sea controlada rápidamente y que no se nos desborde”, dijo a Reuters el alcalde de Arauquita, Etelivar Torres. “No estábamos preparados para algo como esto”.
Arauquita, con 45.000 habitantes, registra hasta ahora 504 casos de COVID-19 y 15 fallecidos, según el Ministerio de Salud.
Cientos de venezolanos continúan llegando a diario a Colombia agravando la crisis humanitaria que se registra en 18 albergues improvisados, lo que obligó al Gobierno a declarar la calamidad pública para agilizar la atención de la emergencia humanitaria y facilitar la asignación de recursos financieros.
Lanchas artilladas de la Infantería de Marina de Colombia y de Venezuela patrullaron el domingo las aguas internacionales del río Arauca, que marca la frontera entre los dos países, mientras aviones de combate venezolanos sobrevolaron su territorio y se escucharon fuertes explosiones, según constató un equipo de Reuters en la zona.
Los refugiados acusaron a los militares de su país de abusos, incluida la muerte de civiles y el saqueo de casas, pero el ministro del régimen, general Vladimir Padrino López, negó las denuncias de violaciones, mientras que el Ministerio Público de la dictadura anunció una investigación.
Aunque los refugiados dicen que anhelan regresar a sus hogares en Venezuela, advierten que solo lo harán si se suspenden los enfrentamientos armados.
“Nosotros queremos regresar a nuestros hogares y que todo esté bien por allá, que no le pase nada a nuestras casas que es lo único que tenemos para vivir y darle gracias a Dios porque estamos acá y estamos vivos”, dijo Damira Mafilito de 41 años, quien huyó a Colombia con su esposo y sus dos hijos.
Con información de Reuters