Pasó 28 años en una prisión mexicana hasta el 8 de agosto de 2013, cuando fue liberado gracias a un amparo firmado por un Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito del Estado de Jalisco.
Por infobae.com
Cuando nadie pensaba en él, la noticia apareció. El gobierno de Estados Unidos ubicó a Rafael Caro Quintero como su principal objetivo: bajó del primer lugar de su lista de los diez fugitivos más buscados a Nemesio Oseguera, El Mencho —líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)— y colocó en su lugar al Narco de Narcos.
Caro Quintero o Rafail —como es conocido en Badiraguato, Sinaloa, según el semanario Río Doce— tiene una cita en EEUU a la que no quiere ir. Hace 35 años, el capo fue aprehendido por la tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena.
Como se sabe, pasó 28 años en una prisión mexicana, hasta el 8 de agosto de 2013 cuando fue liberado gracias a un amparo firmado por un Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito del Estado de Jalisco.
Ese día, Caro abordó una camioneta oscura y desapareció. Aunque pronto ofreció una entrevista y mandó a decir que “quería vivir en paz”, el Narco de narcos habría enviado fuertes señales de su regreso al hampa de México.
Por su captura, la DEA ofrece USD 20 millones. Esa medida, junto con otras series de acciones, tienen años ocurriendo en el país vecino del norte, incluyendo arrestos de al menos seis homónimos del líder del Cártel de Sinaloa, quienes tras probar que no eran el Rafael Caro Quintero que buscaban los estadounidenses, fueron puestos en libertad.
En 2019, la determinación por capturar a Rafa llegó a través de una moción judicial, que actualmente se encuentra en proceso, para asegurar ocho propiedades que el capo adquirió en Jalisco tras salir de prisión. Según las autoridades estadounidenses, los inmuebles fueron adquiridos con dinero de sus actividades del narcotráfico.
El gobierno de Estados Unidos no ha escatimado esfuerzos en atrapar a su enemigo público número uno. Además de la DEA, las agencias del FBI, ICE, ATF, Interpol, y Homeland Security han encabezado una cacería contra Caro Quintero.
Tras los pasos del Narco de narcos
Según investigaciones del semanario de Sinaloa, Río Doce, luego de su salida de la cárcel, el legendario capo mantuvo vivos sus intereses en la frontera norte de México y conservó el control en un territorio: Sonora.
Fue en ese estado, en el municipio de Caborca, donde Caro Quintero habría viajado a mediados de mayo pasado, según detalla Río Doce. Posteriormente, el fundador del extinto Cártel de Guadalajara, se habría dirigido a San Luis Río Colorado, Sonora, y finalmente a Tijuana, Baja California, para reunirse con capos del narco que operan en la zona.
Su objetivo, de acuerdo con el semanario, era establecer rutas de narcotráfico, adquisición y forma de traslado de armamento de la frontera con Estados Unidos a Sinaloa.
El viaje de Caro Quintero también obedecía a un importante interés: destrabar conflictos que existían entre su gente — refiriéndose a Rodrigo Páez Quintero, El R, su primo— y José Crispín Salazar Zamorano, uno de los líderes de Los Salazar y presunto operador de Los Chapitos.
Contrario a lo que relata la prensa mexicana e investigaciones de carácter federal, Rafa, Rafail, Don Rafa y/o el Narco de Narcos, no se encuentra en disputa ni con los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, ni con su socio Ismael Zambada García, El Mayo, por el contrario, el capo regresó para encargarse de su propia facción.