El abogado Martin Lee, de casi 82 años, uno de los redactores de la constitución de Hong Kong (Basic Law) y figura simbólica de la oposición al poder central chino, corre el riesgo de ser condenado a cinco años de cárcel por haber organizado la gigantesca manifestación prodemocracia de agosto de 2019.
Desde hace décadas, Martin Lee es el incansable abogado de la democratización de Hong Kong y durante muchos años defendió la idea de una cooperación con el poder central para lograr ese objetivo, razón por la cual los opositores más radicalizados, llegaron a tratarlo de traidor.
A menudo Lee criticó a los jóvenes partidarios de una acción más agresiva y fustigó la violencia política.
– “Al fin acusado” –
“Finalmente soy un acusado”, dijo el año pasado cuando fue detenido.
“¿Cómo me siento? Muy aliviado. Durante tantos años, tantos meses, tantos jóvenes valientes eran detenidos y acusados y yo nada. Lo sentía mucho”, dijo.
Que una personalidad tan moderada como el Lee pueda potencialmente ir a la cárcel dice mucho sobre el hostigamiento que sufre la oposición en la ex colonia británica, un territorio teóricamente semiautónomo que debía gozar hasta 2047 de libertades políticas únicas con relación a China continental.
Su padre, Lee Yin-wo, fue un general de las fuerzas nacionalistas derrotadas por los comunistas.
A pesar de eso, el general que se dedicó a la enseñanza se mantuvo en contacto con los principales dirigentes del Partido Comunista de China.
Martin Lee es un producto puro de la educación local elitista durante el período colonial británico.
Nacido en 1938, hizo parte de sus estudios en Londres. Fue defensor de los líderes del movimiento social de 1967, uno de los episodios más violentos de la historia contemporánea de Hong Kong.
– Asqueado por la represión de Tiananmen –
Abogado de renombre, fue uno de los elegidos en la década de 1980 para contribuir a la redacción de la Basic Law, experiencia que lo llevó a la política.
Esa miniconstitución otorgó a Hong Kong libertades desconocidas en el resto de China continental, organizando la retrocesión bajo el principio de “Un país, dos sistemas”, que a término, pensaba, debía permitir la democratización de China y no el auge del autoritarismo en Hong Kong.
Elegido para integrar el Consejo Legislativo, el Parlamento de Hong Kong, Lee fue uno de los primeros en preocuparse abiertamente por las intenciones de China, especialmente después de la represión del movimiento de la plaza Tiananmen en Pekín.
En ese momento, los medios estatales de comunicación de China lo calificaron de contrarrevolucionario.
Tras ser expulsado del comité de preparación de la Constitución, fundó el primer partido favorable a la democracia en Hong Kong.
“Abandonamos Hong Kong a su suerte con la esperanza de que Martin Lee, el líder de los demócratas, no sea arrestado”, escribió el príncipe Carlos en su diario tras la retrocesión.
– “Enemigo público” –
Algunos medios lo veían como el “Padre de la democracia”, un apodo que él recusaba.
“No hay democracia”, dijo lúcidamente en declaraciones al canal de televisión CBS en 2019. “Debo ser un padre muy malo”, ironizó.
El aumento de la injerencia del poder central de China, dejó fuera de juego el tono conciliador de Martin Lee, desbordado por una nueva generación mucho más radical -la de Joshua Wong y Nathan Law- que protagonizó el Movimiento de los Paraguas en 2014.
“Soy un enemigo público desde el punto de vista de China. Y a los niños tampoco les agrado”, dijo Lee en 2020 el año pasado al diario New York Times.
Sin embargo no reniega de su papel en la redacción de la Constitución.
“No creo que nos hayamos equivocado. Fue la parte adversa la que se equivocó, porque fueron ellos quienes hicieron la promesa de democracia que estaba consagrada en la Basic Law”, explicó en 2019 al diario South China Morning Post.
“Por supuesto que tenemos derecho a insistir en que la promesa debe cumplirse, y no sólo a medias”, agregó.
AFP