La crisis sanitaria que asola a Brasil llegó hasta la ciudad de San Pablo, la más importante del país, donde fue cerrado un cementerio debido al alto número de fallecimientos por el Covid-19. Ahora, se comenzaron a vaciar tumbas antiguas para hacer espacio.
Por Clarín
Los sepultureros del cementerio de Vila Nova Cachoeirinha, en la zona norte de la ciudad, abrieron tumbas de personas enterradas hace años, embolsando los restos descompuestos para trasladarlos a otro lugar. La reubicación de los restos es habitual en los cementerios, pero adquirió una urgencia renovada a medida que Brasil sufre su peor oleada de coronavirus desde que comenzó la pandemia hace más de un año.
Las tumbas removidas en San Pablo son aquellas cuyos restos están enterrados hace tres años o más.
Por su parte, la Alcaldía paulistana incorporó decenas de vehículos escolares para ampliar la capacidad de transportes de cuerpos y contrató una empresa para instalar 8 torres de iluminación en cementerios, a fin de que se puedan hacer entierros nocturnos.
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