El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció este jueves que agregó a siete entidades chinas especializadas en supercomputadoras a su lista de empresas sancionadas, al considerar que son una amenaza para su seguridad.
Con ello se pretende “evitar que China aproveche la tecnología estadounidense para apoyar sus esfuerzos desestabilizadores de modernización militar”, dijo la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, en un comunicado.
Así, estas empresas necesitarán un permiso especial para exportar e importar desde Estados Unidos.
“Las capacidades de supercomputación son vitales para el desarrollo de muchas -quizá casi todas- las armas modernas y los sistemas de seguridad nacional, como las armas nucleares y las hipersónicas”, indicó Raimondo.
Entre los centros afectados por las restricciones figura el Centro Nacional de Supercomputación de la ciudad oriental de Wuxi, sede del Sunway TaihuLight, que fue considerado el más rápido del mundo cuando se puso en marcha en 2016, la primera vez que un superordenador se hizo sin utilizar ninguna tecnología estadounidense.
La última lista Top500, elaborada por investigadores para identificar los superordenadores más potentes, consideraba a finales de 2020 a Sunway TaihuLight como el cuarto más rápido, con los tres primeros en Japón y Estados Unidos.
China es, por mucho, el país con mayor número de superordenadores, un campo en expansión con implicaciones para la nube informática, la investigación climática y la mecánica avanzada, además de la investigación militar.
Estados Unidos está cada vez más preocupado por lo que considera una intensión de China de obtener conocimientos aparentemente técnicos para modernizar su ejército.
Las tensiones entre las dos mayores economías del mundo se han exacerbado en los últimos años, entre acusaciones de Estados Unidos de que China le roba continuamente su propiedad intelectual.
Otros puntos de controversia son las acciones militares cada vez más asertivas de Pekín en Asia y su historial en violaciones de derechos humanos, incluida la represión en Hong Kong y el encarcelamiento masivo de musulmanes uigures.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido mantener la presión sobre China, un inusual punto de acuerdo con su predecesor Donald Trump.
AFP