La violencia prosigue en Irlanda del Norte pese a llamados a la calma

La violencia prosigue en Irlanda del Norte pese a llamados a la calma

Los jóvenes nacionalistas atacaron a los agentes de policía con piedras en el área de Springfield Road en Belfast el 8 de abril de 2021 mientras el desorden continuaba en la capital de Irlanda del Norte luego de días de violencia principalmente leal. – La policía de Irlanda del Norte se enfrentó a un aluvión de bombas de gasolina y rocas el 8 de abril, dijo un periodista de AFP, cuando la violencia volvió a estallar en el lado republicano de la ciudad dividida de Belfast a pesar de los pedidos de calma. Los disturbios de los últimos días, los peores disturbios de la ciudad en los últimos años, se debieron principalmente a su comunidad unionista, que está enojada por la aparente dislocación económica debido al Brexit y las tensiones existentes con las comunidades nacionalistas proirlandesas. (Foto de Paul Faith / AFP)

 

El gobierno británico reiteró el viernes su llamamiento a la calma tras una décima noche de violentos enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la policía en Irlanda del Norte, donde las consecuencias del Brexit están sacudiendo una frágil paz.

Desde que el 30 marzo un grupo de jóvenes lanzó cócteles molotov a un coche de policía en Londonderry, los actos violentos no han dejado de crecer, especialmente en las zonas unionistas de esta provincia británica donde los efectos de la salida de la Unión Europea provocaron un sentimiento de traición y amargura.





Estos incidentes reavivaron el fantasma de tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejaron unos 3.500 muertos hasta la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998.

Pese a los llamados de Londres, Dublín y Washington a poner fin a la violencia, la capital norirlandesa, Belfast, volvió a ser pasto de las llamas el jueves por la noche.

En un distrito del oeste, la policía antidisturbios fue blanco de cócteles molotov y adoquines cuando intentaba impedir que cientos de manifestantes republicanos se acercaran a los unionistas. Tuvo que recurrir a un cañón de agua para dispersarlos.

Casi 60 policías han resultado heridos desde el inicio de estos disturbios sin precedentes desde hace años en la región.

– Situación “muy preocupante” –

Frente a esta situación, el gobierno británico, cuyo ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, viajó inmediatamente a la región, reafirmó su llamamiento a la calma, que hasta ahora ha sido desoído.

“La violencia no tiene nada que ver con la resolución de los problemas”, insistió el viernes en Sky News el ministro de Transportes, Grant Shapps, calificando la situación de “muy preocupante”. “Tenemos que asegurarnos de que la gente hable entre sí para resolver sus problemas”, añadió, “pero no a través de la violencia”.

El jueves, los primeros ministros británico, Boris Johnson, e irlandés, Micheál Martin, se unieron a los líderes norirlandeses, tanto unionistas como republicanos, para condenar esta violencia “injustificable”.

“Es a través del diálogo y del trabajo en las instituciones puestas en marcha por el Acuerdo de Viernes Santo como debemos avanzar”, subrayó el gobierno de Dublín.

También la Casa Blanca llamó a la calma, diciendo que estaba “preocupada”. El presidente Joe Biden, orgulloso de sus orígenes irlandeses, ya había expresado su preocupación por las consecuencias del Brexit para la paz en la provincia.

– “Paz superficial” –
Desde el acuerdo del Viernes Santo de 1998 ha habido una “paz superficial”, dijo a la AFP Fiona McMahon, una residente de Belfast de 56 años. Pero el conflicto “está muy arraigado, no es solo por el Brexit”, agregaba.

Sin embargo, al exigir la introducción de controles aduaneros entre el Reino Unido y la UE la salida de la UE socavó el delicado equilibrio entre las comunidades de la provincia.

Para evitar el regreso de una frontera física entre Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda -país miembro de la UE- Londres y Bruselas acordaron unas disposiciones especiales conocidas como el “protocolo norirlandés”.

Por este, la provincia británica permaneció bajo las normas del mercado único europeo y los controles aduaneros trasladaron al mar de Irlanda, entre la isla y el resto del Reino Unido.

Pese a ser un trámite básicamente administrativo reservado únicamente a las mercancías y no a las personas esto despertó en los unionistas, apegados a su pertenencia a la corona británica, un sentimiento de separación del resto del país y de traición por Londres.

“Hay formas políticas de hablar del protocolo” norirlandés, dijo a la BBC un diputado del partido republicano Sinn Fein, exbrazo político del disuelto Ejército Republicano Irlandés o IRA. “No intentemos encontrar justificaciones para grupos criminales que no deberían existir 23 años después del acuerdo del Viernes Santo”, agregó.

“No habíamos visto este nivel de disturbios desde hace varios años en Belfast y en otros lugares”, dijo el jueves el oficial de policía Jonathan Roberts, señalando la participación en los enfrentamientos de jóvenes de tan solo 13 o 14 años “alentados” por adultos.

Para aumentar las tensiones, las autoridades norirlandesas decidieron no procesar a dirigentes del Sinn Fein que asistieron al funeral de un antiguo líder paramilitar, a pesar de las restricciones impuestas por el coronavirus.

AFP