Miguel Henrique Otero Castillo, presidente y director del periódico El Nacional, de Venezuela, vive entre un sueño y una pesadilla.
Empeñado en su lucha incesante de ejercer periodismo con libertad, idealiza que llegue el día en que caiga el régimen gobernante y que, a todo lo ancho de su primera plana, el diario publique: “Venezuela regresa a la democracia”.
Enfrentado a la realidad cotidiana de una estructura política empoderada e inamovible, teme que llegue el día en que el gobierno venezolano logre una de sus metas: apagar la libertad de expresión y de prensa en Venezuela.
“Seguiremos resistiendo”, dijo Otero, de 74 años de edad, desde Madrid en una entrevista con El Universal de México, al describir el drama de El Nacional por el permanente acoso de Diosdado Cabello, influyente líder de la revolución bolivariana instalada en 1999.
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), fiel al cuestionado presidente venezolano Nicolás Maduro, condenó al medio de comunicación el pasado 16 de abril a indemnizar a Cabello con unos 13,3 millones de dólares por daño moral.
Cabello demandó al rotativo por difamación en abril de 2015 por reproducir una noticia del diario ABC, de España, acerca de que el poderoso político comenzó a ser indagado en Estados Unidos por presuntos lazos con el narcotráfico.
El fallo del TSJ fue sobre la vía civil, pues la penal sigue abierta. Cabello, diputado y teniente, confirmó que, si El Nacional rechaza indemnizarle, reclamará los bienes de la empresa.
Nacido en 1943, El Nacional suspendió en 2018 su edición impresa por falta de papel y por la aguda crisis política, institucional y socioeconómica de Venezuela.
“Salí de Venezuela y no he vuelto. En el momento en que él introdujo la demanda yo estaba afuera cuando [en mayo de 2015] me dictaron medidas cautelares. Así es la justicia en Venezuela: alguien del gobierno abre un juicio e inmediatamente ponen medidas cautelares”, recordó Otero.
Las medidas, todavía vigentes, son congelamiento de bienes, prohibición de salir del país y reportarse semanalmente a una autoridad.
—¿Cree que el fallo precede a que Venezuela copie al sistema comunista de Cuba y prohíba todo tipo de prensa libre?
—Es el objetivo, pero no el mismo mecanismo de la dictadura cubana. El régimen busca la hegemonía comunicacional, que es el modelo cubano a largo plazo, y ha ido cerrando las ventanas de libertad de expresión y prensa.
Apagaron la televisión, después la radio, luego los periódicos impresos, quitaron el papel y ahora van contra las páginas digitales. Van comprando medios con dinero público y acosando y atacando a los medios y los terminan cerrando.
Hemos resistido y seguiremos resistiendo. Somos y seguiremos siendo baluartes de resistencia informativa.
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