Por mucho que lo ensayen antes en casa, la reacción de las estrellas de cine cuando recogen un Óscar siempre es impredecible. Por eso a Frances McDormand, que anoche se llevó el tercero de su carrera por Nomadland, se le suponía que ya tenía experiencia suficiente como para no hacer nada raro cuando le entregaron la estatuilla a Mejor actriz del año. De todos los allí presentes, ella es la única a la que los nervios no deberían haberle jugado una mala pasada.
Por Vogue
Pero no fue así. De hecho, ella protagonizó uno de los momentos más comentados de la noche cuando, al recoger el Óscar a la Mejor película en calidad de productora, se puso a aullar sobre el escenario dejando atónitos a los televidentes después de decir que el premio se lo dedicaban “a su lobo”.
Un gesto de euforia que, curiosamente, tiene detrás una conmovedora historia. Porque no, McDormand no perdió la cabeza porque el filme que protagoniza se alzara con el premio más importante de la noche, sino que con sus aullidos lo que quiso es rendir homenaje a un miembro del equipo muy querido que falleció recientemente.
Se trata de Michael Wolf Snyder, cuyo apellido se traduce precisamente como ‘lobo’ y que ejerció las labores de diseño de sonido y mezclador en la película. Un trabajo esencial para el éxito de Nomadland que por desgracia no podrá disfrutar del reconocimiento recibido anoche en la gala porque el pasado 1 de marzo se quitó la vida.
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