El reloj marcaba las 21:00 de la noche del martes 27 de abril. Beatriz Zimmermann volvió a accionar el timbre de la vivienda. Se había acercado hasta la casa de su ex esposo para recoger a sus hijas, Anna y Olivia, de uno y seis años respectivamente. A pesar de que era la hora acordada, en la finca, ubicada al este de la isla de Tenerife en España, reinaba una calma inusual. No se oían voces, y en el interior las luces estaban apagadas. De nuevo, tocó la puerta, pero el resultado fue idéntico: nadie respondió.
Por Infobae
Al llamar por teléfono a su ex pareja, Tomás Antonio Gimeno, él se excusó. Le dijo que no estaban en casa y que había salido a cenar con las niñas. Como aún tardarían un poco más, convenció a su ex mujer de que regresara a su domicilio y los esperara allí. Sin embargo, todo era una excusa para ganar tiempo. Solo una hora más tarde, el hombre de 37 años reveló sus verdaderas intenciones. En una nueva llamada, le dijo a Beatriz que se marcharía de la isla con las dos niñas y que jamás volvería a verlas.
Fueron los primeros minutos de un caso que en las últimas semanas ha mantenido en vilo a España y ha movilizado a millones de personas en todo el mundo.
En entrevista con Infobae, Joaquín Amills, presidente de la Asociación SOS Desaparecidos y portavoz de Beatriz Zimmermann, explicó que aquella noche Tomás Gimeno abandonó la isla a bordo de un barco de su propiedad, de unos seis metros de eslora. Desde ese momento, se desconoce su paradero y también el de Anna y Olivia. El único rastro que dejó Tomás a los investigadores fue la embarcación en la que viajaba, que el miércoles 28 de abril apareció a la deriva en alta mar; desierta, sin ancla, a unos 50 kilómetros del lugar desde el que zarpó: el muelle de Santa Cruz de Tenerife.
“Hay cámaras del puerto que vieron al padre llegar a una embarcación que es suya, con bultos parecidos a maletas. Varias veces sale, regresa, incluso una de las veces va a una gasolinera cercana porque se había quedado sin el cargador del teléfono móvil y estaba sin batería. Todo esto era la medianoche y tuvo varias conversaciones con la madre de las menores, Beatriz, en las cuales le afirma que no volverá a verlo a él ni a las niñas tampoco”, relató Amills.
“A partir de ahí no se sabe nada más. La mamá denunció la desaparición e inmediatamente, la Guardia Civil comenzó la investigación. Al día siguiente, se encontró la embarcación en la que iba Tomás, sin rastros… Sin nada que pueda asegurar que las niñas estaban allí”, agregó.
Las cámaras del puerto no captaron en ningún momento a las menores. El caso quedó bajo secreto de sumario, y se instruye como un secuestro parental de alto riesgo.
Según confirmó Amills a este diario, todas las líneas de investigación están abiertas. Sin embargo, la hipótesis principal señala que las niñas están vivas, escondidas por su padre en algún destino al que pudo acceder navegando desde el Archipiélago Canario. Y esto incluye Latinoamérica.
“Todas las líneas posibles están abiertas, desde que se haya marchado a un país de África, que siga en el Archipiélago, que haya pasado a la Península, o la hipótesis de que haya cruzado el Atlántico para buscar refugio en un país de Latinoamérica”, explicó el director de SOS Desaparecidos.
Las Canarias son ocho islas españolas ubicadas en la parte oriental del Océano Atlántico, a la altura del norte de África, y a pocos kilómetros del desierto del Sahara, Marruecos. Una de estas islas es Tenerife.
Por su localización geográfica, se plantea la posibilidad de que Gimeno haya viajado hasta América Latina a bordo de una embarcación más grande con sus hijas. De acuerdo con Amills, el padre tiene recursos económicos suficientes para comenzar una nueva vida en cualquier otro país, aunque, si emprendió un itinerario tan arriesgado, necesitó ayuda para ejecutar su plan, pues no tiene los conocimientos de navegación necesarios.
“Si contamos esa hipótesis lo más seguro es que él hiciera trasbordo en el mar a una embarcación mayor, y que con esa embarcación y gente preparada, hiciera la travesía del Atlántico. Esa es la hipótesis que hay. Ojalá tuviéramos una bola de cristal y pudiéramos saber qué es lo que hizo […] Por su carácter, por sus contactos, no le sería difícil emprender una nueva vida”.
Desde el miércoles 27 de abril, brigadas de la Guardia Civil española peinan la isla por tierra, mar y aire. Además, elementos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) registran la zona marítima en la que apareció el barco de Gimeno a la deriva. El operativo de búsqueda se combina con la investigación de la Policía Judicial y de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), que se declaró secreta.
Mientras se llevan a cabo estas pesquisas, SOS Desaparecidos y especialmente la madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, ruegan al mundo que les ayuden a difundir las fotografías de las menores.
Anna es la más pequeña. Tiene apenas un año y es rubia con ojos azules. Mide 70 centímetros, y su pelo es corto y ondulado. Olivia, de seis años, es la hermana mayor. Su cabello es castaño, largo y liso. Mide 1.10 metros, y es de complexión delgada.
También se divulgó la imagen del padre. Tomás Antonio Gimeno Casañas es alto, -1.85 metros-, y delgado, -75 kilos-. Sus ojos son marrones y su pelo es castaño. El juzgado de primera instancia e instrucción número tres de Güimar, que lleva el caso, ya emitió una orden de búsqueda internacional.
“Voy a intentar estar fuerte”
Este lunes 17 de mayo se cumplen 20 días de la desaparición. Casi tres semanas en las que Beatriz Zimmermann ha sufrido la angustia de no saber dónde están sus pequeñas.
“Constantemente hablo con Beatriz. Te diría que ella se mantiene firme en la esperanza de que las niñas están bien y de que las vamos a encontrar. Pero también es verdad que el estado anímico es como una noria, estás arriba, y estás abajo. Es decir, de repente estás supermotivada, estás con plenitud de fuerzas, y sin embargo, a lo que menos te lo esperas, estás en caída y sin fuerzas. Es normal, los días van pasando. El agotamiento, el estrés, el no descansar”, explicó Amills.
“Para una madre no solamente es el dolor de no poder abrazar a sus hijas, de tenerlas con ella. Es el dolor añadido de saber que las niñas la necesitan. De saber que las niñas le estarán preguntando a su padre, ‘Quiero ver a mamá’, ‘¿Por qué no me llevas con mamá?’, ‘Quiero irme a casa’. Entonces, se añade el doble dolor de saber que las niñas están sufriendo por no estar con la mamá”, agregó el portavoz.
A través de la cuenta de Instagram creada por amigos y familiares de Beatriz, “@Bringbackhomeannaandolivia” (Trae de vuelta a casa a Anna y Olivia), se publican imágenes de las menores para que sea más fácil su identificación.
Uno de estos videos, en el que se ve a las hermanas jugando juntas, se viralizó y ya ha logrado más de 19 millones de reproducciones. Además, sus fotografías se muestran 140 millones de veces al día en las pantallas de la red de cajeros de Euronet, en Europa. Y desde SOS Desaparecidos han pedido a maestros y padres de todo el mundo que animen a sus hijos a hacer un dibujo de las pequeñas para mostrárselos a Beatriz, y arroparla en estos momentos tan difíciles.
https://www.instagram.com/p/COnX6FWoV-d/
Este viernes 14 de mayo, Zimmermann apagó las velas en el que fue el cumpleaños más triste de su vida. En una emotiva carta, la mujer de 35 años pidió como regalo que la ayuden a compartir las imágenes de las niñas.
“No se pueden imaginar lo que siento cada día que pasa… La incertidumbre de no saber cómo están... De saber si están bien… La rabia de que ellas tengan que sufrir esta locura cuando son dos angelitos… Angelitos como todos los niños del mundo. Todos estos sentimientos mezclados cada día lo hacen más difícil. Pero están ustedes… El mundo… No permitamos que estas cosas puedan suceder. Ando con miedo qué decir, qué escribir, por las repercusiones que pueda tener el padre. Pero, ¿qué hago?”, comienza la publicación.
“Todas esas incertidumbres son muy duras… Por eso les pido a todos ustedes de corazón que me ayuden a encontrarlas. Yo nunca voy a parar porque mi vida no tendría sentido… Esto no es algo que se pueda superar precisamente por la incertidumbre… […] No paremos hasta encontrarlas… Vamos a demostrar que este mundo puede ser más seguro… donde no se permiten tales injusticia. Olivia y Anna… Las adoro mis niñas preciosas. Voy a estar fuerte porque me necesitan fuerte”. Bea.
Las horas previas a la desaparición
Horas antes de reportarse la desaparición, ese martes 27 de abril, Tomás Gimeno fue a buscar a su hija pequeña, Anna, a la casa de Beatriz Zimmermann. La pareja se había separado en 2020, y aunque no tenían un convenio regulador o una sentencia de custodia, fijaban las visitas de mutuo acuerdo para que ambos pudieran compartir tiempo con las niñas.
Tras pasar por Anna, Gimeno recogió a Olivia en la escuela. Se las llevó alrededor de las 17:00 de la tarde, y aunque debía regresarlas a las 21:00 con su madre, no cumplió con lo pactado. Alrededor de esa hora, las cámaras de vigilancia del puerto La Marina de Tenerife, en Santa Cruz, lo captaron entrando y saliendo varias veces del muelle, siempre solo.
El capitán del puerto La Marina, Enrique Alonso, explicó a EFE que a las 21:50 de la noche Tomás salió a navegar en su barco, tras cargar en el bote maletas y bolsas. Regresó de nuevo al muelle a las 23:30 horas. Al atracar la embarcación, se subió a su auto, un Audi A3, y se acercó a una gasolinera cercana del barrio Santa María Jiménez para comprar un cargador.
Tras esto, le pidió al vigilante del puerto si podía cargar el celular en su garita. Según reveló Enrique Alonso, el guarda de seguridad lo notó “nervioso, con ganas de salir” de nuevo al mar en su embarcación, llamada “Esquilón”. Conectó el teléfono a la corriente durante unos 15 minutos, y a las 00:30 horas volvió a zarpar por última vez. Nunca regresó al muelle.
Durante ese plazo de tiempo, Beatriz Zimmermann contactó varias veces con él. Según recoge el atestado de la Guardia Civil al que tuvo acceso Espejo Público, espacio matutino de la televisora Antena Tres, a las 22:00 horas del 27 de abril, inquieta por la tardanza de las niñas, la madre telefoneó de nuevo a su ex esposo. En ese momento, su mundo se derrumbó. Él le aseguró que no volvería a ver a Anna y Olivia.
“Vuelvo a hablar con él casi a las 22:00 horas, y es donde me dice que no me preocupe que él va a cuidar bien de las niñas, pero que no voy a volverles a ver más. Me voy al cuartel y desde allí también hablo con él. La última vez que hablamos es a la 01:30 de la madrugada. Desde entonces tiene el teléfono apagado”, testificó la madre, según citó Espejo Público.
Muy inquieta, Zimmermann llamó a los padres de Gimeno para saber si habían visto esa tarde a su hijo.
“[Ellos] Me dicen que Tomás estuvo con las niñas en su casa a las 19:30 de la tarde y que cuando se marchaban, ya al despedirse, lo hace en un tono que ellos interpretan como de despedida, pero que no les dice a dónde se dirigen”, contó la madre de las niñas, en la declaración que prestó esa misma noche ante la Benemérita.
Un día más tarde, “Esquilón” apareció a la deriva, en medio del mar y sin nadie dentro. El operativo de búsqueda también encontró flotando en el agua una silla de retención infantil que pertenecía a Anna. A partir de ese momento, se declara secreto de sumario y se prohíbe revelar detalles de la investigación. No obstante, en las últimas semanas, se ha filtrado información del caso, especialmente, sobre la relación que mantenían Tomás Gimeno y Beatriz Zimmermann en los meses previos a la desaparición.
Fuentes de la investigación confirmaron a EFE que el padre de Anna y Olivia tenía antecedentes por robos, hurtos y peleas. Además, tras separarse de su ex esposa contrató a un detective para que siguiera sus pasos y averiguara si Beatriz había rehecho su vida sentimental. Sobre este punto, Amills dijo a este diario que en su opinión, el investigador privado no aportará información relevante de cara al secuestro.
También recientemente una testigo confirmó al programa Ya es Mediodía, de Telecinco, que el pasado mes de noviembre, Tomás agredió al nuevo novio de su ex mujer, un empresario belga. Esto tras saber por los servicios del detective que ella había iniciado una nueva relación.
En un ejercicio irresponsable, algunos diarios españoles comentaron que Beatriz Zimmermann quería marcharse a Bélgica con su nueva pareja; unas afirmaciones falsas e infundadas que demuestran, según Amills, que hay medios de comunicación que en ocasiones se comportan de forma “miserable” para tener “un minuto de gloria”.
“El mismo día que se publicó Beatriz me llamó disgustada, contándome todo. Pero además, yo también pregunté a las amistades de ambos, a personas relacionadas con él. Todo el mundo me dice que nunca escucharon que Beatriz quisiera marcharse a Bélgica”, comenzó el portavoz.
“Es miserable porque por vender un titular, por llamar la atención con un titular, basándose en la mentira, en no contrastar la noticia, producen una doble victimización. La víctima, en este caso, es víctima de lo ocurrido porque no tiene a sus hijas; y luego pasa a ser revíctima por unos bulos que son falsos, que son mentira. Cuando tú estás planteando que la madre se quería ir a Bélgica, estas entonces justificando de una forma vil, te diría que hasta el machismo el padre. Entonces, eso es deplorable”, afirmó.
Según el entorno familiar de ambos progenitores, Beatriz jamás habló mal de Gimeno a sus hijas, y estaba de acuerdo con la custodia compartida.
“Ella ha entendido siempre que la figura paternal tenía que ser muy importante en la educación de sus hijas, y lo ha respetado. Y ha estado a favor de la custodia compartida. Ha estado a favor de que Tomás vea a las niñas siempre que quiera, el tiempo que quiera, y favorecer todo en este sentido. Nunca ha existido ningún problema en cuanto a las visitas de las niñas, porque no ha hecho falta”.
Aunque se barajan todas las hipótesis, Beatriz está convencida de que sus hijas están vivas, y confía en que Gimeno recapacite y regrese con las pequeñas.
“Beatriz tiene esa esperanza y es quien más lo conoce. Todos tenemos esa esperanza y estamos lanzando ese mensaje, que es un mensaje desde el primer día positivo y de unir puentes. Hasta ahora no se ha perdido nada. Por supuesto que ha cometido un delito, ha cometido un fallo tremendo, el gran error de su vida. Pero es un error remediable, porque todavía no se ha perdido nada. Tiene que recapacitar”, dijo Amills.
De acuerdo al periódico local Diario de Avisos, Gimeno realizó un día antes de zarpar una transferencia de € 55,000 (USD 66,801) entre sus cuentas. Se desconoce si llegó a retirar el dinero.
Si las ves en Latinoamérica
Tras 20 días de la desaparición, es necesario tener en cuenta que las niñas podrían estar cambiadas. Desde la organización que dirige Joaquín Amills creen que Tomás Gimeno podría incluso hacerlas pasar por varones, con el pelo de otro color.
“Anna, la pequeña, si le cambia el pelo un poquitín más corto y con tinte pasa como un niño, perfectamente puede ser un niño. Olivia lo mismo”, explicó.
Si alguien reconoce a las niñas en Latinoamérica, se pide que contacte a la Interpol, y escriba un whatsapp o un correo electrónico a SOS Desaparecidos. Estos son los contactos:
+ 34 649 952 957
+ 34 642 650 775
info@sosdesaparecidos.es
“A veces la gente piensa no avisarnos o no llamar porque no están seguros, por si molestan, por si es un incordio. Yo siempre digo que no, que por favor nos llamen. Yo prefiero mil llamadas que no sirvan para nada, que no tener ninguna llamada, porque entonces sí te desesperas”, indicó el director de la organización.
Además, Amills pidió a los padres y maestros de LATAM unirse a la campaña para que los niños hagan dibujos y los envíen a esos contactos para mostrárselos a Beatriz y concederle la fuerza y esperanza que ahora necesita.
“Cuando Olivia y Anna estén con su mamá, vamos a poner un álbum con todos los dibujos y será el gran recuerdo de ellas. Y espero y confío que lo que está sucediendo ahora marque un antes y un después y nos haga un poco recapacitar de que no podemos hacer estas cosas, no por los mayores, sino por los niños”.