La presunta muerte del líder guerrillero colombiano conocido como Jesús Santrich en la serranía venezolana de Perijá despierta el riesgo de escalamiento de los conflictos armados internos en el país suramericano, advierten expertos en seguridad y crimen organizado.
Por Gustavo Ocando Alex / vozdeamerica.com
Un comunicado del grupo disidente FARC-EP Segunda Marquetalia confirmó las versiones que circularon sobre la muerte violenta de Santrich en territorio de Venezuela, la tarde del lunes, como había apuntado el Gobierno colombiano.
Esa versión acusa a “mercenarios” vinculados al poder ejecutivo de Iván Duque, en Bogotá, de haberlo emboscado, asesinado y removido su dedo meñique como prueba de su fallecimiento en la Serranía de Perijá. El ministro del Interior colombiano, Daniel Palacios, tachó de “fantasiosos” esos señalamientos.
Jeremy McDermott, cofundador y codirector de Insight Crime, un centro de estudios del crimen organizado en América Latina, da por sentada la muerte del segundo al mando de las FARC-EP, sin descartar ninguna de las hipótesis sobre las autorías intelectual y material del fallecimiento de Santrich.
“El Gobierno colombiano ha mostrado que ellos están dispuestos a operar en territorios de los vecinos. Es una opción que tenemos que explorar”, comenta a la Voz de América sobre la posible responsabilidad de Bogotá en el hecho.
Recuerda el secuestro en Caracas del líder guerrillero Raúl Reyes, en 2005, o la baja de Raúl Reyes en Ecuador, a 1.800 kilómetros de la frontera de Colombia, por uniformados colombianos en la llamada ‘Operación Fénix’, en 2008.
McDermott apunta que la muerte de Santrich “no tiene nada que ver” con las operaciones militares de Venezuela en el estado suroccidental de Apure contra el Frente Décimo de las disidencias de la guerrillas colombianas de las FARC.
Expresa su temor de que el hecho provoque una escalada en las tensiones y las acciones armadas del grupo de Santrich. “Siempre hay el riesgo de escalada, que nos tiene muy preocupados. Vemos un conflicto contenido en una parte de Apure y nuestro temor es que este conflicto pueda expandirse a otras partes de Venezuela. Hay un riesgo real de un conflicto civil dentro de Venezuela”, dice.
Los enfrentamientos en esa región fronteriza, que iniciaron en marzo, han causado las muertes de 16 militares venezolanos y la desaparición de otros ocho.
Sin cuerpo, ni evidencia
De la muerte de Santrich, solo hay comunicados y declaraciones políticas, no pruebas criminalísticas, advierte Iván Simonovis, un comisario venezolano exiliado en Estados Unidos que renunció esta semana al cargo de comisionado de seguridad e inteligencia del gobierno interino opositor de Juan Guaidó.
Las informaciones sobre los acontecimientos en Perijá, sin embargo, ratificarían la denuncia de políticos opositores en cuanto a la libertad de movilización y acción de líderes guerrilleros colombiana en Venezuela, señala Simonovis.
“Santrich andaba libre en los 944.000 kilómetros cuadrados de Venezuela. Incluso, viajó a Cuba. Fungía de viceministro [de las FARC-EP], como que el ministro fuese Iván Márquez. Tienen una estructura de 200 hombres dentro de las disidencias de FARC. Se mueven de lado y lado”, asegura a la VOA.
Simonovis comparte la preocupación de McDermott sobre una escalada del conflicto armado en el país. Sospecha que el comunicado del grupo guerrillero al que pertenecía Santrich “apunta mucho más a una situación política, donde pretenden crear unas causas bélicas entre Venezuela y Colombia”.
El comisario calificó de “delicada” y “grave” la denuncia guerrillera sobre la supuesta actuación de comandos del Ejército colombiano en Venezuela con Santrich como objetivo. “Es una clara justificación para crear una guerra entre dos países. Para mí, es una de las intenciones que tiene todo esto”, opina.
McDermott, por su parte, subraya las repercusiones “complejas” de la muerte de Santrich en un momento donde la diplomacia entre Bogotá y Caracas es nula.
“El régimen de Maduro tiene un problema: si él conoce y permite la presencia de grupos que están en la lista terrorista de Estados Unidos y la Unión Europea, como el ELN y las FARC, él podría ser pintado como apoyando al terrorismo”, comenta el directivo de Insight Crime.
Simonovis insiste en ver pruebas de la muerte del líder guerrillero antes de valorarla como confirmada. Incluso, sugiere la posibilidad de que haya fingido su fallecimiento por razones personales o políticas. El comunicado de las FARC-EP detalló que los asesinos de Santrich le habrían cortado su dedo meñique.
“Puede ser que el señor Santrich esté en una playa, un hotel, con una nueva identidad que se la haya dado el gobierno. ¿Dónde está el resto del cuerpo?”, se pregunta, criticando a su vez el silencio del gobierno de Maduro sobre el caso.
Maduro no se refirió a las versiones de la muerte de Santrich la tarde del martes, cuando encabezó un acto político televisado. Volvió a criticar al gobierno de Duque, en cambio, por la “masacre” de manifestantes en Colombia.