Isabel II fue la primera reina de Inglaterra que pudo dar a luz a sus hijos en privado. Si bien es algo que a cualquiera le parecería normal, hay que aclarar que la realeza tiene sus propias normas y, en este caso, se trata de una de las primeras tradiciones que la monarca rompió durante su largo reinado. Sucedió hace más de setenta años cuando nació su primer hijo y heredero al trono: el príncipe Carlos.
Por La Nación
En un nuevo documental británico titulado A Very Royal Baby : From Cradle to Crown -Un bebé real: de la cuna a la corona-, los expertos revelaron el cambio en las tradiciones con respecto a los nacimientos de los niños de la realeza.
Según el documental, el ministro del Interior asistió al nacimiento de la reina Isabel II ya que esta era la regla de la época. Hasta ese momento y desde antes también, los bebés de los miembros de la familia real debían ser validados como hijos legítimos y, por lo tanto, el funcionario debía estar presente en el parto.
La reina descartó esta tradición cuando dio la bienvenida a sus propios hijos. Consultado para el documental, un historiador contó que “la presencia del ministro del Interior era absolutamente necesaria porque se consideraba que el cuerpo de la reina era propiedad del estado así como también el bebé recién nacido”.
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