Defender el modelo económico o refundarlo es la dicotomía que plantean los candidatos a la presidencia de Perú, Keiko Fujimori (derecha) y Pedro Castillo (izquierda), que revela la duda de quebrar largos años de disciplina fiscal y crecimiento que sin embargo no lograron acortar las brechas sociales.
En los últimos 30 años, Perú pudo alcanzar cierto prestigio en la escena financiera debido al ordenamiento de sus cuentas y la estabilidad de ingresos que le permitieron engrosar sus ahorros.
Sin embargo, la crisis sanitaria desnudó un débil sistema de salud y previsión social e hizo desaparecer la solidez de las cuentas públicas, mientras que la pérdida de ingresos de las familias disparó la pobreza al 30 % de la población y puso en situación de vulnerabilidad a otro 33%.
OPUESTOS
Perú elegirá entre Castillo y Fujimori al presidente que iniciará su gobierno el 28 de julio, día en que se declaró la independencia del Perú hace 200 años.
Ambos candidatos están en los extremos ideológicos y plantean propuestas diametralmente diferentes en materia de rescate económico y de manejo político y social.
Por un lado, el maestro sindicalista y candidato de Perú Libre ha tallado en sus electores la idea de que no pueden seguir existiendo pobres en un país rico en recursos naturales.
NACIONALIZACIÓN Y REFORMA AGRARIA
El plan de Castillo propone la nacionalización de los recursos naturales, un nuevo impuesto a las sobreganancias en su explotación, establecer regalías sobre la venta de los mismos y regenegociar los contratos para revisar beneficios fiscales a las empresas.
Además, pide una segunda reforma agraria que combata el monopolio de tierras y las reserve para la pequeña agricultura, así como reducir la importación de alimentos.
“El plan escrito es un plan bastante más estatista e intrusivo de las libertades individuales de las personas, y de las entidades económicas, de lo que fue inclusive la Constitución de 1979 (anterior a la vigente de 1993)”, declaró a Efe el exministro de Economía (2014-2016), Alonso Segura.
“Asemeja mucho más a lo que ha hecho Venezuela. Algunos quieren compararlo con Ecuador o Bolivia, pero esto va muchísimo más allá”, añadió el también catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
PATEAR EL TABLERO
Segura apuntó que cuando hablan de las nacionalizaciones lo hacen en referencia al sector minero, “pero en el plan hablan de nacionalizar en multiplicidad de sectores económicos, no sólo en minería”.
“Cuando hablan de desconocer contratos, han hablado ahora de contratos de estabilidad tributaria, en múltiples sectores económicos. Es un pateo del tablero”, expresó.
Para el economista, plantear siquiera una reforma agraria en Perú, que vive un ‘boom’ de la agroexportación, es “incomprensible” porque el país ya vivió una reforma agraria entre 1960 y 1980, y no se creó una mayor capacidad productiva.
CONTRA IMPORTACIÓN DE ALIMENTOS
Sin embargo, en el debate público del plan económico de Perú Libre, su coordinador Juan Pari, afirmó que el actual modelo económico “nos ha llevado a ser dependientes, no tenemos soberanía alimentaria, no se ha desarrollado la agricultura”.
“Somos una economía abierta, lo sostenemos. Importaremos lo que el país necesita, pero trabajaremos para fortalecer nuestra economía”, expresó Pari.
El también exlegislador afirmó que “lo calcado del sistema venezolano lo hacen ellos (Fujimori), pensando en que solamente la minería extractiva podrá salvar al Perú”.
MODELO DE SU PADRE
La hija del expresidente Alberto Fujimori defiende a rajatabla el modelo económico que su padre instauró en la Constitución de 1993 para salir de la hiperinflación y aislamiento provocados por Alan García en su primer gobierno (1985-1990).
Ese modelo permitió un crecimiento anual del 7 % entre 1993 y 2013, con reducción de la pobreza al 24 % en 2012.
Pero no hizo nada por acortar las enormes brechas sociales ni para proveer servicios públicos decentes a la gran mayoría de los ciudadanos.
Con el golpe de la pandemia, estas limitaciones se han hecho evidentes.
Pese a su defensa del modelo las acuciantes necesidades sociales han llevado a Fujimori a proponer el reparto del 40 % del canon minero directamente a la población, dejando de lado la intermediación de los gobiernos regionales que lo reciben para ejecutar obras y servicios públicos.
La candidata también promete duplicar las pensiones a los adultos mayores en extrema pobreza, e incrementar el número de beneficiarios en 500.000 personas cada año de su gobierno, algo que conspira contra la alabada “estabilidad financiera”.
PROMESAS DE CAMPAÑA INVIABLES
Segura afirmó que estas propuestas son “una continuidad de políticas que ya hay”, y que algunas tendrían que revisarse por “inviables o antitécnicas que no van a resolver los problemas de fondo”.
Sobre entregar el canon, el exministro opinó que responde a la frustración de la población que siente que no han recibido “suficiente prosperidad”, pero que el riesgo de aplicarlo es que “va a ser muy difícil que lo puedas limitar a la minería”.
“Otros sectores también querrán el mismo beneficio como el de hidrocarburos, gasífero o forestal”, vaticinó.
Desde la postura de Pari, “la pobreza no se encara con regalos. La gente quiere trabajo, empresa” porque los regalos “conllevan a sustancias electorales que se desvanecen” con el tiempo.
EFE