Jorge Prieto es enfermero del Summa 112 y no usa Twitter. No le ha hecho falta para convertirse en todo un fenómeno viral. Si te has dejado caer estos días por las redes sociales probablemente te habrás cruzado con sus divertidas instrucciones sobre las medidas que podemos tomar a la hora de recibir el inoculante que nos protegerá del coronavirus. Un discurso que le ha valido para ser bautizado como el trovador de las vacunas.
Por Tu Otro Diario
Con la llegada de la campaña de vacunación, cuenta Jorge, les sacaron de las ambulancias del Summa 112 (el servicio de emergencias de la Comunidad de Madrid) y les llevaron al Wanda al vacunar. Él sigue combinando ambas tareas y ha estado presente en los pasillos del estadio rojiblanco desde que se abrieron sus puertas para inocular a los madrileños. Del tema sabe ya que participó también en el reparto de dosis en las residencias de mayores.
Me ha llegado por WhatsApp.
No sé quién es pero es un CRACK.
Gente así nos saca de esto.
Seguro que alguien le conoce.
Divulgación, empatía y sentido común.
Es una maravilla.
Vamos ?? pic.twitter.com/sIzASR9GlN— Alberto García-Salido (@Nopanaden) June 2, 2021
Las preguntas más frecuentes
Jorge ha hecho del humor y la empatía la mejor fórmula para tranquilizar a los recién vacunados. Con una gracia innata y cierta ironía plantea las preguntas que más le repiten. Lo hace ante un grupo que acaba de recibir la primera dosis y responde a coro a sus interrogantes: “¿Tengo que tomar mis pastillas para el colesterol? Sí”. “Yo tomaba paracetamol antes porque tengo muchos dolores: ¿me tengo que tomar el doble de la dosis? No”. “Si no me pasa nada, ¿tengo que tomármelo? No”. “Es que ya me lo he tomado. ¡Pues ya está!”.
Comprueba que la gente sabe cuándo les tocará regresar para recibir la segunda dosis, pero les recuerda que ellos no tienen información sobre este proceso: “Nosotros no sabemos cuándo les va a llegar el mensaje. Puede ser mañana, dentro de una semana, el día de antes porque, bueno, esto es España”. Al mismo tiempo puntualiza, entre las risas de los presentes, que “los que vamos de fosforito y botas reforzadas no podemos hacer absolutamente nada” con los errores de citación, los turnos, los teléfonos…
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